Los servicios secretos británicos controlan quién duerme dónde y con quién lo hace

Cualquier reserva o plan de viaje puede dar pistas sobre la actividad de determinados sujetos que revistan especial interés para el GCHQ, los servicios secretos británicos en su rama de espionaje y seguridad, así que al estilo de sus primos estadounidenses, tan en boca de todos desde las revelaciones de Edward Snowden, en Gran Bretaña no se quedan atrás a la hora de investigar los movimientos de los ciudadanos, en este caso relativo a los viajes de políticos, diplomáticos y otros sujetos de interés para los servicios de inteligencia.

El acceso a esta información se realiza mediante las cuentas bancarias y los correos electrónicos de los establecimientos hoteleros en los que se conoce que suelen hospedarse los sujetos a investigar, tanto nacionales como extranjeros, elemento este último que no ha sentado nada bien entre los gobiernos aliados del británico. En concreto en Alemania tiene la sospecha de que es amplio el aparato de espionaje que los servicios secretos tanto británico como estadounidense habrían venido desarrollando desde hace décadas en complicidad con el gobierno alemán.

El sistema de espionaje hotelero, bautizado como “Royal Concierge” establecería la ubicación de los alojamientos ocupados por los sujetos objeto de espionaje, localizando así el objetivo para otros servicios de inteligencia que en su caso tuvieran la misión de efectuar seguimientos o intervención de comunicaciones y/o escuchas a los políticos, diplomáticos, empresarios, etc. designados.

vINQulo

The Independent