Métodos prácticos para mejorar la calidad medioambiental desde el Centro de Datos

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Hervé Timsit, Country Manager de BMC Software para España y Portugal, propone diversas medidas que las empresas pueden aplicar en sus centros de datos para que sean más ecológicos.

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La expresión “Going green” (que podemos traducir como “ser más ecológico”) se está convirtiendo en una frase de uso común. ¿Qué supone ser “ecológico” y cómo se aplica este concepto a un centro de datos? Sin duda tiene que ver con mostrar una mayor sensibilidad hacia el impacto medioambiental y ecológico que generan todas las actividades que se desarrollan a nuestro alrededor. Supone asumir una mayor responsabilidad hacia el modelo de consumo de recursos dentro del centro de datos, y afecta a aspectos como el consumo eléctrico y las emisiones de gases de efecto invernadero.

En el caso de los centros de datos, ser más ecológico significa además establecer nuevos modelos de operación más respetuosos con el medio ambiente. Una vez que sabemos cómo se consumen los recursos dentro de una organización, las emisiones que produce, y cómo medir estos valores, podemos ya empezar a adoptar medidas orientadas a ser más “ecológicos”.

Cómo pueden las TI mejorar la eficiencia ecológica del Centro de Datos
En la mayoría de organizaciones de TI se comienza el proceso de mejora ecológica mediante un adecuado conocimiento de los parámetros de consumo de energía y recursos, para después examinar las alternativas que permiten reducir los recursos en relación con la cantidad de trabajo útil generado. Por ejemplo, cuando se dejan los sistemas funcionando de manera permanente, aunque no realizan un trabajo útil, están gastando recursos. No obstante, esta situación es una oportunidad para conservar los recursos y reducir los costes operativos. Si se delimitan bien las áreas donde los sistemas no críticos o aplicaciones escasamente utilizadas consumen recursos, es un buen punto de partida para empezar a aplicar las mejoras medioambientales.

La mejora medioambiental se produce en tres etapas

  • Sensibilización de las personas implicadas
  • Conocimiento de los niveles actuales de consumo e identificación de las áreas donde se pueden reasignar o recortar estos recursos para reducir el consumo energético o el volumen de residuos.
  • Conseguir un medioambiente óptimo en tiempo real

Debemos comenzar por elaborar un catálogo y medir los recursos que se consumen y el trabajo generado. La mayoría de la gente se fija en la cantidad de electricidad consumida por la CPU y el trabajo producido.

El paso hacia un entorno óptimo en tiempo real supone la conversión del proceso de medición de los valores relacionados con los objetivos de reducción y las actividades subsiguientes en procesos automáticos, dentro de un bucle retroalimentado. Básicamente se monitoriza el nivel de utilización, se reducen los consumos basándose en el resultado obtenido, se vuelve a monitorizar, se vuelven a ajustar los consumos y así sucesivamente. Se trata de un ciclo permanente que marca la senda para una política que puede resumirse en “Voy a consumir los recursos necesarios para realizar trabajo útil”.

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