¿Miedo a los cambios tecnológicos y estratégicos?

Muchas son ya las empresas que han sufrido importantes transformaciones durante los dos últimos años. Diría que no ha quedado ninguna que no se haya visto obligada a acometer algún cambio, positivo o negativo, grande o pequeño.

Sin embargo, seguimos encontrando compañías que a pesar de la situación, y de los escollos que tienen que salvar, siguen sin plantearse variaciones reales en su estrategia de negocio y en la tecnología que la apoya.

Algunas empresas todavía se resisten al cambio tecnológico y no consiguen aprovechar ni avanzar en planteamientos que incluyan la implantación tecnológica de un nuevo modelo de gestión. La balanza del éxito dentro de este período de oportunidad (por no hablar más de la crisis y ser positivos…), se decanta claramente hacia aquellas organizaciones que apuestan por los cambios tecnológicos de valor.

Tal como yo lo veo, hay dos segmentos bien diferenciados en el mercado actual. Las empresas que todavía siguen respirando bajo el agua de la situación económica global y que no han decidido avanzar ni plantearse cambios, y aquellas que desde hace ya un tiempo han salido a flote, han decidido apostar fuerte por cambios que aumenten su competitividad y les posicionen como jugadores titulares del partido, y cuentan con la tecnología para mejorar su gestión.

Hay cinco aspectos clave que deben tenerse en cuenta como denominador común en esta innovación, desde el punto de vista del uso de tecnologías en lo que a gestión de la información se refiere:

1. La centralización de la información

Las empresas han apostado por tener un punto común para la gestión de la información. Distintos sistemas de gestión y distintas aplicaciones requieren demasiado tiempo de uso y aprendizaje (y el tiempo es oro), además de ser necesario el traspaso de los datos y la eliminación de errores y duplicidades.

Resolver este problema, centralizando los datos en una sola aplicación y fuente de información, es un primer paso para organizar y hacer más eficaz la gestión operativa diaria de la empresa.

2. El análisis y segmentación de datos

Además de tener mucha información y que ésta esté centralizada, es importante tener herramientas que nos permitan constantemente clasificar, agrupar y segmentar nuestros grupos de datos, y focalizar nuestras acciones.

La rentabilidad de nuestro tiempo y nuestras inversiones (comerciales, publicitarias, u otros) son críticas si queremos obtener el máximo resultado.

3. La automatización de procesos

Una vez resuelto el problema de la gestión de la información, debemos conseguir reducir aquellos puntos en nuestro proceso de negocio que no aporten valor y que, por tanto, nos “ocupen” tiempo no útil. Generar manualmente acciones que se pueden hacer de forma automática, requiere tiempo que repercute negativamente en nuestra operativa diaria.

Por ejemplo, generar automáticamente las facturas y los cobros correspondientes, al cierre de una oferta comercial, junto con alertas automáticas a las personas interesadas, puede “regalarnos” un tiempo precioso para dedicarlo a llamar y fidelizar clientes.

4. El seguimiento organizado

En realidad, aún teniendo las mejores herramientas, esto no garantiza en absoluto la competitividad, pero un factor clave es el seguimiento de nuestras acciones. Nosotros decidimos cuál será el siguiente paso dentro de nuestra cadena de actuaciones diarias, pero si tenemos además una herramienta que nos ayuda a hacer el seguimiento, a no perder ninguna oportunidad comercial por pequeña que sea (de fidelización, marketing o postventa), nos hará no sólo efectivos sino también eficientes, y probablemente vayamos por delante de nuestros competidores.

5. La monitorización de indicadores y la toma de decisiones

Nuestra gestión tiene que ser analizada constantemente, no sólo para aportar mejoras en nuestro proceso, sino para tomar decisiones de forma oportuna. La información que manejamos diariamente (datos, acciones, resultados de nuestras acciones, tiempos, etc), genera un “informe” muy valioso (y a veces poco valorado) que bien aprovechado y siempre alineado con nuestros objetivos, puede indicarnos claramente los siguientes pasos en nuestra ascensión al éxito.

Por supuesto, puede haber otros muchos aspectos a tener en cuenta. Sin embargo, estos sencillos puntos indicados son esenciales para que la empresa genere rápidamente más valor del que generaba antes, con el mismo equipo humano.

Es cierto que esto supone un cambio tecnológico, pero nuestro negocio lo requiere si queremos estar preparados para avanzar. La inversión inminente en este tipo de soluciones es ahora más que nunca necesaria (inversión económica, de tiempo y de cambio), para liderar la competitividad de nuestro mercado. Las ventas y clientes de hoy son importantes, pero no desatendamos nuestra estrategia y operativa futura. Hay que superar la resistencia y apostar por el cambio tecnológico.

No se trata de “estar a la última” en lo que a tecnologías se refiere, pero sí de analizar nuestros puntos más débiles, encontrar soluciones y ver cuáles son las herramientas operativas que nos permitirán llegar a la solución con el menor tiempo y coste posible, quizá a corto y medio plazo, y con la mayor solidez y sostenibilidad a largo plazo.