El negocio de la impresión 3D crecerá un 26% en 2016

La fabricación con impresoras 3D comienza a despegar. Se prevé que el negocio crezca un 30% durante el periodo 2016-2021, de la mano de la prestación de servicios.

La fabricación mediante impresión tridimensional está dejando de ser algo anecdótico para convertirse en una solución muy interesante en múltiples aplicaciones.

Según el informe ‘Fabricación Digital 2015’, elaborado por Online Business School (OBS), la creación de nuevos nichos de mercado que aprovechan la libertad y la creatividad que ofrece esta tecnología ya son una posibilidad real. Y lo más importante es que ya no se trata tan sólo de la venta de equipamiento, sino también de la prestación de servicios.

Dicho punto es clave para el despegue de esta tecnología. No vale sólo con disponer de la capacidad técnica, sino que ésta debe tener una aplicación real, a la par que el gran público ha de conocer sus usos y tener la posibilidad de acceder a la impresión 3D a través de los servicios aportados por otros, sin necesidades de adquirir equipamiento.

El citado informe recoge la estimación del estudio ‘The Future of Smart Fabrics to 2021’, realizado por el analista Adrian Wilson, que cifra el negocio generado por las industrias relacionadas con la fabricación digital y la impresión 3D en 188,15 millones de euros, con una estimación de crecimiento del 26% para el ejercicio 2016, que se eleva hasta el 30% en el periodo 2016-2021. Y eso a pesar de la ralentización que sufre este mercado, que en 2013 creció sólo un 10%, frente al incremento del 30% registrado en 2012.

Según el estudio, los futuros crecimientos de este negocio se deberán más a los servicios de impresión que a la impresión digital doméstica. OBS apunta que el desarrollo del segmento doméstico tocará techo relativamente pronto, cediendo el protagonismo a los servicios de fabricación digital tanto para particulares como para empresas. Esto se explica porque los procesos ‘Do it yourself’ tienen escaso recorrido, ya que las impresoras de uso doméstico, debido a su tamaño, tienen limitaciones. De hecho, la venta de impresoras domésticas (de menos de 5.000 dólares) en Estados Unidos ya comenzó a ralentizarse en 2013. Sin embargo, cuando la impresión 3D comience a entenderse como servicio, cualquiera podrá disponer de equipamientos de fabricación de mayor tamaño y se accederá a economías de escala, lo que redundará en el abaratamiento de los servicios.

El trabajo de OBS también recoge los resultados del estudio de Wilson sobre del reparto del negocio de la fabricación digital por sectores. Así, especifica que la industria militar y de la protección y seguridad es la principal generadora de valor, aportando un 30% de las ventas. A continuación figurarían la arquitectura e industrias relacionadas con el hogar (22%), el sector de los deportes y el fitness (16%), los transportes (14%) y la moda y el entretenimiento (12%).