Netflix tarda 7 años en subirse a la nube, así ha sido el proceso

Netflix ya es una compañía 100% Cloud.

Hace 7 años empezó la migración a la nube de Netflix. Ha sido un largo camino que acaba de concluir, en el que se han planteado muchos retos y una enorme complejidad.

Podrían haber optado por un camino más corto y rápido, sin embargo, la compañía eligió un enfoque “nativo de la nube”. Esto conllevó la reconstrucción de manera virtual de toda la tecnología, la migración de una aplicación monolítica a cientos de microservicios y hacia un modelo de bases de datos NoSQL. Además, la necesidad de desarrollar una ruta segura y duradera para la infraestructura de facturación o la administración de datos de clientes y empleados alargó el proceso.

“Transformar a Netflix en una empresa nativa de la nube requirió mucho tiempo y esfuerzo”, dice el equipo técnico en un post, “pero nos colocó en una posición mucho mejor para seguir creciendo y convertirnos en una red de televisión global”.

Todo comenzó en 2008, cuando un problema con la base de datos paró el negocio de la compañía, que entonces se centraba en el envío de DVD a los usuarios. Eligieron a AWS como socio para evolucionar hacia un sistema distribuido, fiable y escalable horizontalmente.

Gracias a su enfoque nativo de nube, Netflix ha pasado de coordinar las versiones y la aprobación de presupuestos de forma centralizada a ofrecer una entrega continua y a la creación de equipos de ingenieros que toman decisiones de forma independiente en un entorno DevOps. El resultado ha sido la aceleración de la innovación y la agilidad en los procesos. Pero no ha sido la única mejora.

La nube ha permitido a Netflix evolucionar con rapidez, incorporar nuevas funciones que requerían muchos recursos e incorporar enormes volúmenes de datos. Sin la elasticidad de la nube hubiera sido imposible responder a estas necesidades y mucho menos agregar miles de servidores virtuales y petabytes de almacenamiento en unos minutos.

Otro aspecto mejorado ha sido el de la disponibilidad. Aunque la nube también ha tenido problemas en este sentido, el aumento constante de la disponibilidad total de servicio cada vez está más cerca de “la meta de cuatro nueves (99,99%) de tiempo de actividad del servicio” que se ha propuesto el equipo. Esto es posible, dicen, gracias a la posibilidad de “generar servicios de alta fiabilidad a partir de componentes fundamentalmente no fiables pero redundantes”.

En el caso de Netflix, la reducción de costes no fue la razón por la que decidió subir a la nube aunque admiten que obviamente, es una ventaja indiscutible.

Ya en 2015 habían migrado a la nube la mayoría de los sistemas. A principios de enero ha culminado esta transición. Netflix ya es una compañía 100% Cloud.