Análisis: La nueva cara del ‘mainframe’

IBM se ha empeñado en demostrar que esas grandes cajas de hierro siguen teniendo sentido, pero sobre todo que cuentan con la inteligencia necesaria para adaptarse a las nuevas demandas de los centros de datos.
Así, acaba de dar a conocer su última generación de sistemas zSeries. Se trata del modelo IBM z10, un equipo que puede albergar hasta 64 procesadores de cuatro núcleos, duplicando el rendimiento y multiplicando por tres la capacidad de memoria de su antecesor, el z9 presentado hace tres años.
La trascendencia de la nueva máquina radica en el empeño del ‘Gigante Azul’ por convertir al ‘mainframe’ en un sistema de alto rendimiento y bajo consumo energético capaz de correr todo tipo de software no perteneciente a sus ‘antepasados’.
En este sentido, el reto de los zSeries pasa por afianzar su carácter de supercomputador para los CPD, pero capaz de albergar programas basados en la web, sistemas abiertos como Linux y OpenSolaris además de z/OS, una avanzada minería de datos y software de Business Intelligence.

Consolidación

La flexibilidad para integrar programas abiertos basados en estándares y la potente escalabilidad con la que cuentan han sido dos de las claves por las que muchas compañías aún confían en la robustez de estos equipos.
Además, en un momento en que la consolidación de máquinas en los centros de datos se encuentra en su punto álgido, la posibilidad de sustituir múltiples servidores por uno solo sigue resultado muy atractiva para los directores de sistemas.
Según IBM, el z10 proporciona la potencia de 1.500 servidores estándares y consume un 85 por ciento menos de energía, además de reducir el espacio en el CPD y utilizar más del 80 por ciento de su capacidad frente a la habitual infrautilización de los equipos estándares.

A esta concentración de potencia y rendimiento hay que unir el uso de la virtualización, una de las tecnologías más mimadas con el
software z/VM, que permite crear imágenes virtuales en lugar de particiones y consolidar licencias de software x86 en un ratio de 30 a uno, como ha indicado la compañía.
En su contra aparece un elevado precio -cercano al millón de dólares- y la proliferación de procesadores x86 de múltiples núcleos y la tecnología blade, sistemas que cada vez consumen menos y consolidan más. Aunque los zSeries juegan en otra liga (en cuestiones de memoria, rendimiento y capacidad) frente a los servidores x86, también se les compara cada vez más con los ‘midrange’, esto es: la plataforma Itanium, los UltraSparc de Sun Microsystems y la propia gama Unix de IBM.

Evolución de ventas

Actualmente las ventas puras de mainframe suponen menos del 4 por ciento de los ingresos totales de IBM, pero la comercialización de software para estos sistemas, almacenamiento y servicios asociados constituyen una porción más grande de beneficios.
Con todo, el negocio total alrededor de los zSeries podría suponer para el ‘Gigante Azul’ cerca del 25 por ciento de su facturación a escala mundial, algo que sin duda explicaría la apuesta continua por esta familia de sistemas.
Igualmente, IBM está extendiendo su éxito obtenido en el mundo occidental a nuevos mercados. Así. sus ingresos de zSeries en India, China, Brasil y Rusia crecieron un 18 por ciento durante 2007.
Una de las principales razones de este avance es la ‘rebaja’ de su precio de salida. El último modelo z9 disponible cuenta con un coste base de 100.000 dólares, aunque luego vaya aumentando en función de su configuración hasta ese millón señalado.
No obstante, el ‘mainframe’ cuenta con sus detractores. En el año 2004, Microsoft fundó Mainframe Migration Alliance, un grupo de compañías TI que ayuda a las organizaciones a migrar sus aplicaciones desde los zSeries a servidores más pequeños, con chips más económicos y que normalmente corren con Windows.

Según Microsoft, este grupo coordinó 85 proyectos de migración desde el mainframe el pasado año, y cuenta con otros 55 en proyecto. Junto a Microsoft, HP u Oracle son otras compañías interesadas en fomentar la migración hacia sistemas más estándares.

Gestión simplificada

Frente a esta idea, la compañía norteamericana lleva dos o tres años insistiendo en la gestión y uso más amigable de sus zSeries. Una de las apuestas más destacadas es una interfaz de usuario que permite configurar el hardware de manera sencilla, además de contar con múltiples procesos automatizados. También son especialmente importantes los procesadores dedicados, que permiten correr aplicaciones web 2.0 como Java o DB2. Aunque supone comprar hardware adicional, los chips dedicados son mucho más seguros y liberan al resto del sistema para dedicarse a otras tareas de propósito general.
Y con respecto al desarrollo de aplicaciones, IBM ha indicado que el año pasado se introdujeron 600 nuevas aplicaciones para los zSeries. Sin olvidar la posibilidad de solicitar incrementos de potencia por picos mediante la activación de procesadores bajo demanda. Con todo, en 2006 la compañía destinó 100 millones de dólares a conseguir que el sistema fuera más sencillo de manejar por parte del usuario, y un año después la propia IBM consolidó 3.900 servidores en 33 ‘mainframes’ de forma interna para demostrar sus posibilidades.
Aunque aún conservan ese ‘halo’ del pasado, el poder de IBM en desarrollo de software es la baza más importante que puede jugar para transformar a los zSeries en una herramienta de futuro que se mantenga en primera línea.