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El nuevo método de clave cuántica, el sistema de codificación más seguro para la transmisión de datos, minimiza el número de detectores necesarios, los componentes más costosos de obtener en la criptografía cuántica.

Aunque el más mínimo cambio en los detectores puede provocar una gran reducción en la tasa de transferencia de datos, el sistema ideado por el NIST permite seguir transmitiendo a velocidades de banda ancha, manteniendo, por ejemplo, la codificación cuántica en tiempo real y la decodificación de transmisión de vídeo sobre redes cuánticas experimentales.

En la criptografía cuántica, un receptor (llamado Bob) necesita medir una secuencia de fotones o partículas de luz que son transmitidas por un emisor (llamado Alice). Estos fotones tienen información codificada en su polarización o dirección de los campos eléctricos. En los protocolos más comunes basados en polarización, Bob utiliza cuatro detectores de un fotón, con un coste de entre 5.000 y 20.000 dólares. Un par de detectores graba fotones con polarización horizontal y vertical, que puede indicar el 0 y el 1 respectivamente. Los otros pares detectan fotones con polarización “diagonal” (más-menos 45 grados), donde las direcciones noreste y noroeste denotan alternativamente el 0 y el 1.

En el nuevo método, los investigadores han diseñado un componente óptico que hace que los fotones polarizados diagonalmente roten mucho más de los 45 grados y lleguen al mismo detector, aunque después y en paquetes separados en el tiempo al de los polarizados en horizontal y vertical. Por consiguiente, un par de detectores puede ser utilizado para grabar la información de los dos tipos de fotones sucesivamente, reduciendo el número de detectores que se necesitan de cuatro a dos.

vINQulos
Science Daily