Ponga un mentor en su compañía

Una compañía eficiente es el resultado de mucho más que una buena estrategia comercial. Sus empleados son el pilar sobre el que descansa una parte muy importante del éxito de una firma. No sólo es necesario que se sientan cómodos e integrados, sino que además es preciso que cuenten con figuras que les guíen y orienten en su día a día.
Es ahí donde surge el mentoring, una de las últimas técnicas de management a la que pueden recurrir las compañías. El mentoring utiliza la propia experiencia y liderazgo de algunos de sus empleados para ayudar a sus compañeros en el día a día de la empresa. “Los procesos de mentoring se están implantando para contribuir al desarrollo profesional de las persons y también para difundir internamente el conocimiento y la experiencia”, asegura Beatriz Valderrama, especialista en la materia y autora de Desarrollo de Competencias de Mentoring y Coaching.
Valderrama explica que el mentor, la figura clave de este proceso de gestión de RRHH, es “una persona que transfiere su experiencia y conocimientos a otra”, lo que lo convierte “en una fuente de inspiración y de estímulo para la superación”.
Un mentor es, por tanto, como una especie de hermano mayor o gurú que guía a los demás empleados en las dificultades de su día a día. “Evidentemente son personas de referencia que seguro que han sido mentores de empleados afortunados“, apunta Valderrama cuando se le pregunta si importantes directivos de tecnológicas como el CEO de Apple, Steve Jobs, o el antiguo consejero delegado de Microsoft, Bill Gates, podrían ser considerados mentores, aunque posteriormente reconoce: el mentor no tiene porque tener una superioridad jerárquica con el mentorado.


Microsoft es una de las compañías que ha implantado la técnica del mentoring en su día a día y su experiencia demuestra que la escala jerárquica no tiene nada que ver con la relación de guía que ejerce un mentor.
“En la compañía diferenciamos tres tipos de mentores: puede ser el compañero que te indica lo básico para sentirte más cómodo, puede ser un compañero con experiencia o puede ser alguien que cuente con experiencia suficiente para orientar al mentee en sus pasos profesionales ayudándole a conseguir sus metas”, apunta el director de gestión de talento de Microsoft Ibérica, Jorge Calviño.
Aún así, Calviño confirma que un número importante de los mentores son directivos “que aportan su experiencia”. “No es necesario un estatus organizativo para ser mentor”, especifica, a pesar de todo. De hecho, el gigante de Redmond utiliza una herramienta informática (“desarrollada expresamente para esta técnica en la que cualquier empleado de la compañía puede participar”) que pone en contacto a mentores potenciales con sus potenciales mentorados (o mentee).
Pero… ¿por qué una compañía debería molestarse en introducir una técnica así en su día a día? Los beneficios son muchos, como explica Beatriz Valderrama, que habla de mayor retención de profesionales, un recorte en la curva de aprendizaje (los trabajadores aprenden antes), una mayor motivación y una mayor calidad directiva.


Además, los intercambios en materia de conocimiento aumentan, algo muy importante en empresas donde la investigación y el desarrollo son pilares de crecimiento.
Los programas de mentoring son especialmente apropiados en todos los sectores intensivos en conocimiento, como el farmacéutico o las telecomunicaciones”, asegura Beatriz Valderrama. En el caso de Microsoft, el mentoring “forma parte” de la filosofía corporativa. “Tenemos implantado un modelo 70/20/10 (en materia de aprendizaje)”, como apunta Calviño. El 20% corresponde a acciones de coaching y mentoring.
“Microsoft es una organización que se basa en el desarrollo del potencial de sus empleados y continuamente busca formas de mejora para facilitarlo”, añade el responsable de gestión de talento de la compañía. 
Estos beneficios son los que están llevando a las empresas a interesarse por la aplicación de estas técnicas de gestión de recursos humanos, aunque como reconoce Beatriz Valderrama la crisis no está ayudando a que los proyectos salgan adelante. “El efecto de la recesión también se ha notado en la paralización de iniciativas relativas a la formación y desarrollo”, explica, a pesar de que, como defiende, “éste es un momento oportuno para implantarlos”.
Las técnicas de mejora de la gestión empresarial redundan en un mayor aprovechamiento de los recursos y, en el caso del mentoring, reducen costes al eliminar de la ecuación los programas de formación del trabajador.
A esta realidad se suma, por otra parte, la cotidianidad del proceso. Ayudarse los unos a los otros no es nada nuevo. “El mentoring es tan antiguo como la historia de la Humanidad, siempre ha existido el que las personas se ayuden entre ellos y crezcan en todos los sentidos”, concluye Calviño.