Qimonda se declara en bancarrota

El plan de salvamento de Qimonda no ha dado resultados: la compañía se une a la cada vez más larga lista de empresas que se acogen a la declaración de bancarrota.
La fabricante alemana de chips acaba de declararse en bancarrota ante un tribunal de Munich, ya que no puede cumplir sus obligaciones financieras, tal y como filtra el portugués Diario Económico.
La compañía ya ha confirmado la situación en un comunicado a los medios en el que asegura que ha abierto expediente para acogerse a la protección por insolvencia de la justicia alemana, con el objetivo de “reorganizar las firmas (Qimonda AG y Qimonda Dresden OHG) como parte del programa de reestructuración en curso”.
“Las leyes alemanas de insolvencia ofrecen la oportunidad de acelerar el proceso de reestructuración que ha sido iniciado con el fin de resituar de vuelta a la compañía en una base sólida”, reconoce el presidente y CEO, Kin Wah Loh.
Qimonda culpa a la caída de los precios y a la dificultad de acceder a la financiación de la dramática decisión tomada.
Plan inacabado
La firma acababa de recibir el apoyo de las autoridades alemanas, de su casa matriz, Infineon, y de la banca portuguesa, que se habían comprometido a salvar a Qimonda mediante una inyección de capital.
Los medios portugueses habían alertado, en los últimos días, sobre cómo el acuerdo no había pasado de las buenas palabras, no habiendo recibido aún la compañía el capital prometido. Además, las últimas cifras apuntaban a la necesidad urgente de una inversión de 300 millones de euros para continuar en funcionamiento.
Qimonda ya ha confirmado los rumores de la prensa lusa y ha asegurado que la inyección de liquidez prometida “no pudo ser completada a tiempo”, aunque reconoce que hubo “intensas” pero también “complicadas” negociaciones en marcha para conseguirlo.
Las acciones de la firma se desploman en estos momentos, tras las filtraciones de la prensa portuguesa, y tras perder un 50% de su valor se posicionan ya en una caída del 63%.
La firma que llegó a estar valorada en 3.700 millones de euros, alcanza ahora los 30, según Jornal de Negócios.
Igual que la situación es dramática en el mercado bursátil, lo es en el país vecino. Qimonda es la mayor exportadora de Portugal y una de las mayores generadoras de empleo de la zona metropolitana de Oporto. Por el momento, la producción en la planta portuguesa continúa en marcha.