Qualcomm, en la recta final para hacerse con NXP

El acuerdo entre ambas compañías parece ultimarse estos días y será el último movimiento en la consolidación de la industria de chips.

A finales del mes pasado, saltó al mercado que Qualcomm, el proveedor de chips móviles más importante del mundo, estaba en conversaciones para comprar al fabricante de semiconductores NXP por unos 30.000 millones de dólares, un acuerdo que situaría a Qualcomm por detrás de Intel como la segunda empresa de procesadores más grande del mundo.

Otras filtraciones posteriores informaron de que Intel y Texas Instruments también estaban estudiando una oferta de compra de NXP, pero todo apunta a que Qualcomm se ha quedado solo en la carrera de adquisición del fabricante, tal y como revela eWeek.

NXP ha estado trabajando con Qatalyst Partners en sus esfuerzos por encontrar un comprador.

Bloomberg recogió la semana pasada que los ejecutivos de NXP buscan un precio por acción de alrededor de 120 dólares, mientras que sus homólogos en Qualcomm pujan por unos 110 dólares por acción, con lo que su oferta se situaría en torno a 35.000 millones de dólares.

A medida que los fabricantes de procesadores se expanden en mercados emergentes, como los vehículos autónomos y el Internet de las Cosas (IoT), buscan añadir nuevas prestaciones a sus chips para competir.

Los sistemas de realidad virtual y aumentada, el centro de datos definido por software, las soluciones de redes convergentes e hiperconvergentes, etc. están llevando a dar este tirón.

Ese fue el motivo de la compra de Freescale por NXP, un movimiento que creó una compañía de 10.000 millones de dólares y dio a NXP una mayor presencia en el mercados de IoT, los   microcontroladores de propósito general (MCU), las ciudades inteligentes y la industria automotriz.

“La industria del automóvil cambiará claramente en los próximos 5 a 10 años mucho más de lo que ha cambiado en los últimos 50 años”, ha afirmado Kurt Sievers, vicepresidente ejecutivo y director general de la división de automóviles de NXP, tras el acuerdo alcanzado con Freescale en diciembre de 2015. “En combinación, somos una potencia en la industria del automóvil y vamos a hacer que los coches piensen y actúen”.

Esto ha convertido a NXP en un objetivo clave para otros fabricantes de chips, según Patrick Moorhead, analista de Moor Insights and Strategy.