Robot periodista: primicias en 3 minutos

Un periodista que además es programador, Ken Schwenke, tiene el honor de haber dado lugar al primer robot periodista.

En Los Angeles son frecuentes los temblores de tierra así que es habitual que la prensa local informe de los terremotos acaecidos. Schwnke programó una plantilla que contenía la estructura básica de un texto informativo a falta de completar con los detalles: hora, intensidad, epicentro… bastaba aguardar pacientemente a que la tierra se moviese, los sismógrafos lo registrasen y los teletipos lo anunciasen para que el programa hiciese su trabajo y el periodista programador sólo tuviese que dar el visto bueno a la noticia y publicarla. Y asó fue. El texto fue el siguiente:

“Según el Servicio Geológico de Estados Unidos un temblor de escasa magnitud de 4,4 grados en la escala Richter tuvo lugar el lunes por la mañana a 8 kms de Westwood (California). El temblor se produjo a las 6:25 de la mañana, hora del Pacífico, a una profundidad de 8 kilómetros”.

Cuando Schwenke se despertó esa mañana la noticia ya estaba lista para darle el OK y que apareciese en el periódico. Esencial para el éxito ha sido un programa, Quakebot, especializado en obtener información del Servicio Geológico Nacional. En este caso apenas pasaron tres minutos desde que se produjo el temblor hasta que la noticia estaba publicada en la web del periódico.

Además de esta plantilla preprogramada para ofrecer una noticia con información sísmica el diario donde ha aparecido, L.A. Times, tiene preparadas otras similares para información deportiva (resultados de partidos, por ejemplo) o noticias de sucesos (asaltos, robos, atracos…) en los que basta indicar los detalles del caso para que el artículo quede confeccionado en segundos.

Tras desvelarse esta noticia algunos se han puesto a investigar detectando que más de 120 artículos científicos publicados por el Instituto de Ingeniería Eléctrica y Electrónica en 2005 fueron generados mediante algoritmos como parte de una broma organizada por dos estudiantes del Instituto Tecnológico de Massachusets.

Como en los primeros días de la Revolución Industrial, puede que surjan modernos equivalentes de los luditas que se opongan a este tipo de periodismo automatizado pero al igual que el tractor dignificó el trabajo en el campo y creó nuevos puestos de trabajo (el tractor hay que diseñarlo, fabricarlo, venderlo, conducirlo, repararlo…) permitiendo liberar de su penosa tarea al agricultor, alberguemos la esperanza de que mediante este nuevo tipo de herramientas automáticas de generación de información quedará más tiempo para que los periodistas puedan dedicar su tiempo a tareas menos tediosas y más creativas.

vINQulo

Los Angeles Times