“No sobresalen los mejores, sino quienes se atreven a ser diferentes”

Alejandro Ambrad Chalela es escritor, conferenciante y consultor estratégico. Nos habla de su último libro, ¿Cuánto vale tu pescado?, que tiene mucho que ver con empresa y managing.

En un entorno cada vez más competitivo y agravado por una feroz crisis económica, ¿qué pueden hacer las empresas para alcanzar el éxito? Para Alejandro Ambrad, el secreto tiene que ver con sacar a relucir aquellos valores diferenciales. Esto tiene que ver también con dejar de mirar a la competencia para centrarse en los valores competitivos propios.

– En medio de una crisis económica y con una feroz competencia, dime en unas pocas palabras cuál es la fórmula mágica para sobresalir frente al competidor.

En medio de una crisis económica con un entorno competitivo feroz no suelen sobresalir los mejores, sino aquellos que se atreven a ser diferentes.

– ¿Distan mucho las estrategias de la vida -de las que hablas en tu blog- de las estrategias para la empresa?

Creo que son complementarias. El éxito de las estrategias empresariales depende en gran parte de que los trabajadores cuenten con las estrategias necesarias para desenvolverse y afrontar con soltura los retos de su propia vida.

– A la hora de vender el pescado… ¿vale todo? ¿Dónde están los límites?

Si queremos vender nuestro pescado a buen precio debemos identificar aquello que nos hace únicos y sacarle el máximo provecho. Cuando el objetivo de es ser diferentes no hace falta confrontar ni pisotear a nadie, por lo cual, los límites sobran.

– Uno de los consejos que das en el libro recomienda dejar de tratar de vencer a la competencia, para así lograr el éxito. En la práctica parece complicado.

Dejar de tratar de vencer a la competencia es más fácil que intentar vencerla. Si centramos nuestros esfuerzos en competir, generalmente nos encontraremos con personas que hagan las cosas mejor que nosotros o por menos dinero. Si dejamos de tratar de competir y nos enfocamos en poner en valor aquello que nos hace diferentes, cualquiera que desarrolle las habilidades necesarias para incrementar el valor de su pescado puede sobresalir. En el libro se desvela y se enseña a poner en práctica estas habilidades. Habilidades que lastimosamente han sido menospreciadas y relegadas a un segundo plano por la mayoría de sistemas educativos.

– ¿Cuáles son los mayores errores que cometen los empresarios?

Voy a hablar de dos tipos de errores, uno a nivel estratégico y otro a nivel de gestión.

A nivel estratégico, muchos empresarios cometen el error de compararse con otras empresas del sector y querer imitar sus “buenas prácticas” de forma sistemática. Este hábito sólo consigue que la empresa se parezca más a la competencia y no genera ventajas competitivas sostenibles en el tiempo. No creo que copiar sea malo siempre y cuando se haga con astucia, pero copiar con astucia es un arte que muy pocos empresarios dominan.

A nivel de gestión, el mayor error que puede cometer un empresario es no saber identificar y sacar provecho de los talentos únicos de sus empleados. Muchas veces, la desconfianza y esa angustia por evitar que las personas se equivoquen hacen que muchos empresarios opten por implantar sistemas de evaluación y máximo control sobre los trabajadores. Estos sistemas impiden que personas con talentos excepcionales sobresalgan y fomentan la aparición de ejércitos de clones desmotivados dentro de la empresa.

– Ponme un ejemplo de alguien que vende su pescado mejor que nadie.

 El libro está repleto de historias de personajes anónimos y de personalidades conocidas que venden muy bien su pescado: Jesús de Nazaret, José Mourinho, Cristóbal Colón, Arthur Schopenhauer, Manuel Jalón Corominas, Bill Clinton y Muhammad Ali, por nombrar sólo a algunos. Sin embargo, hay un personaje que vende su pescado mejor que nadie y que con la siguiente frase, resume muy bien la filosofía de este libro. “Sé que no soy la mejor cantante, ni la mejor bailarina. Pero eso no es lo que me interesa”. Madonna.