Sólo Hollywood podrá salvar al ingeniero tech

Una de las que empieza a convertirse en más habituales quejas de la industria de las nuevas tecnologías española es la ausencia de mano de obra capacitada para desempeñar los diferentes puestos que necesita esta industria. No hay ingenieros suficientes.
El problema no es único a España. Estados Unidos se enfrenta al mismo problema: no tienen mano de obra capacitada para acceder a unos puestos de trabajo que en breve se quedarán vacíos por el retiro de sus máximos responsables. El problema es incluso mayor: en la industria aeronáutica, como recoge Business Week, el 20% de sus ingenieros se retirarán en los próximos años… y no hay suficientes estudiantes estadounidenses preparados para recoger el testigo.
Los responsables de desarrollo tecnológico de mundos clave como el aeronáutico tienen que ser estadounidenses, según las leyes del país, por cuestiones de seguridad, así que esta industria no puede recurrir a captar talento fuera.
Así que en Estados Unidos la industria ha decidido espabilar y rondar a las candilejas. “En las películas y en la televisión, el 10% de los personajes son científicos e ingenieros. Desafortunadamente, de ellos el 70% son asesinos, son asesinados o son superados por los demás”, explicaba un portavoz de esa industria, como recoge Business Week.
Las compañías han decidido plantarse: en julio, miembros de la industria del entretenimiento e ingenieros se reunieron para lograr mejores sinergias. Aunque ese no fue el único punto que se ha puesto en marcha o se pretende para relanzar la imagen del ingeniero.
Ya lo alertaba en una conferencia la directora de Selección de Indra, Patricia Ferrando,  debería haber un informático “normal” en cada serie de televisión, para luchar contra la imagen de rarito o poco triunfador socialmente que se ha asociado a los ingenieros a lo largo de los últimos años. Personajes con las características del protagonista de la serie de culto The IT Crowd  Maurice Moss, alertaban entonces, no eran más que contraproducentes.
El ingeniero necesita glamour. Sólo la televisión y Hollywood podrán dárselo.
Fotografía (c) Channel 4