El CEO de Sun Scott McNealy, pasó de ser “el azote de Microsoft” a colaborador activo del mismo. Suya fue la frase: “en un mundo sin ventanas [Windows], ¿quién necesita puertas? [Gates]”.
Microsoft compró la paz pagando 1600 millones de dólares para que Sun retirara las demandas sobre patentes y monopolio y ahí acabó o empezó todo, a pesar de las críticas de la comunidad de software libre que directamente recibieron la noticia como una traición.
Aunque tras el fin de la guerra hace tiempo que Sun trabaja codo a codo con Microsoft, sirviéndole infraestructura tecnológica, servidores o almacenamiento ahora llega un acuerdo de mayor calado conviertiéndose en un “Windows Server Original Equipment Manufacturer” (OEM).
vINQulos
Ars Technica