¿Temes por tu seguridad online? Esto es lo que tienes que hacer

Aprender a hacer copias de seguridad del contenido que se va generando o a cambiar las credenciales de acceso con regularidad son dos hábitos recomendables para cualquier usuario online.

Mantenerse fuera del radar de los ciberdelincuentes es algo que desearía cualquier internauta particular y compañía que opera en Internet o, simplemente, cualquier empresa que aprovecha los sistemas informáticos para llevar adelante sus negocios.

Años tras año se ve cómo estos maleantes van evolucionando sus técnicas de ataque y adaptándose a las nuevas tendencias tecnológicas con el objetivo de sumar más víctimas y, a poder ser, ganar dinero a su costa.

Pero que ellos se profesionalicen no significa que debamos resignarnos y esperar a ver qué pasa. Existen medidas de protección.

Una de ellas, claro está, proviene de la instalación de software antivirus y antimalware en nuestros dispositivos, aunque dichos dispositivos sean móviles o estén gobernados por sistemas operativos contra los que apenas se produzcan ataques. No sólo bastará con hacerse con un software de este tipo, también habrá que actualizarlo en cuanto se publiquen nuevas versiones.

Ésta es una de las recomendaciones que hacen los profesionales de Kaspersky Lab para blindar nuestra vida online. Y no es la única.

Los expertos de esta firma de seguridad hablan, además, de aplicar los parches que se van lanzando para las aplicaciones y para el propio sistema operativo, que es lo mismo que ir cerrando agujeros por los que se podría colar el malware, y también incitan a que nos acostumbremos a hacer copias de seguridad del contenido que vamos generando. Esto se debería materializar tanto en formato físico como en la nube.

¿Qué más? Usar contraseñas fáciles de adivinar, repetirlas para todos los servicios o no cambiarlas con regularidad son graves errores, porque un contraseña es la barrera que separa tu información personal del espionaje de terceros. Asimismo, es aconsejable decir no a las conexiones a redes inalámbricas públicas, huir del software pirateado y, sobre todo, usar el sentido común.

Esto último es especialmente importante para aprender a detectar campañas fraudulentas y distinguir un correo verídico de un mensaje de phishing, por ejemplo.