Vence el plazo para que Google presente a la UE un nuevo plan para su motor de búsquedas

La UE dio a la unidad de Alphabet 60 días para proponer cómo “detendría su contenido ilegal” y 90 días para hacer cambios y dejar de discriminar a los rivales.

Google se enfrenta hoy al plazo para decirle a la Unión Europea (UE) cómo planea cumplir con la orden para dejar de discriminar los servicios de búsqueda de los rivales bajo la amenaza de una multa que sumaría un récord de 2.400 millones de euros.

La UE dio a la unidad de Alphabet 60 días para proponer cómo “detendría su contenido ilegal” y 90 días para hacer cambios en la forma en que la compañía muestra los resultados cuando los usuarios buscan un producto. Esos cambios deben ponerse en práctica antes del 28 de septiembre para evitar el riesgo de que la UE pueda sancionar a la empresa con un 5% de los ingresos diarios por cada día que no cumpla.

La UE tiene ahora un mes para comprobar si los cambios planificados por Google se ajustan a lo demandado. También se espera que los reguladores impongan otras multas al fabricante tras la investigación a Android y el servicio de publicidad de AdSense. Margrethe Vestager, comisaria de Competencia de la UE, también ha amenazado con seguir investigando los servicios de viajes o mapas.

“La obligación de cumplir es plenamente responsabilidad de Google”, se ha afirmado desde la Comisión Europea en un comunicado por correo electrónico, sin especificar lo que la empresa debe hacer para cumplir.

La responsabilidad recae en Google para encontrar una solución que satisfaga a los reguladores, que han aprendido de las batallas pasadas con Microsoft e Intel. El incumplimiento de Microsoft de obedecer una orden antimonopolio de 2004 y cobrar honorarios razonables por licencias de software fue sancionado con una multa de 899 millones de euros cuatro años después. Microsoft argumentó que sus precios eran justos y que no debía verse obligada a regalar innovaciones patentadas.

El abogado de Intel dijo en 2009 que estaba “desconcertado” sobre lo que los reguladores querían que la compañía hiciera para cumplir con una orden para detener los descuentos anticompetitivos por las ventas de chips a los fabricantes de ordenadores. Intel está pendiente de que el máximo tribunal de la UE se pronuncie sobre su demanda legal sobre su multa de 1.060 millones de euros el 6 de septiembre.