La infraestructura de red, al límite de sus posibilidades

El consumo de vídeo en dispositivos móviles sigue creciendo cada día que pasa. Un estudio de los Bell Labs sugiere que durante la próxima década la red fija de banda ancha podría sucumbir ante esta demanda.

Las tabletas y los smartphones son cada vez más utilizados para visualizar contenidos de vídeo, lo que pone al límite de sus capacidades a las infraestructuras de red. Es una de las principales conclusiones a las que han llegado los Bell Labs de Alcatel-Lucent en su último estudio.

Tal y como pronostica este popular laboratorio tecnológico, para 2020 los consumidores de Estados Unidos verán en promedio siete horas de vídeo al día, cuando en la actualidad la cifra se sitúa en 4,8 horas. Estos contenidos serán cada vez más demandados en modalidad de vídeo bajo demanda (70% del consumo diario) a través de dispositivos como tabletas y smartphones.

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Los usuarios prefieren cada vez más acceder a contenidos de vídeo bajo demanda a través de sus dispositivos móviles

El volumen de contenidos de vídeo disponible en Internet crecerá también unas 12 veces gracias a los servicios en la nube, los nuevos sitios y las aplicaciones de redes sociales. En este sentido, el consumo de vídeo basado en Internet se doblará cada año hasta alcanzar los 1,1 Zettabytes en 2020 (en 2010 esta cifra era de 90 Exabytes).

Como consecuencia de todo esto, las redes IP sufrirán un elevado desgaste para cubrir tal demanda y podrían quedar saturadas en caso de que las operadoras no pongan las medidas suficientes. Según el estudio, la red necesitará no sólo más recursos sino también más inteligencia para poder suministrar sofisticados servicios de vídeo e Internet de alta velocidad.

Marcus Weldon, director técnico de Alcatel-Lucent, explica que “si este problema no se gestiona adecuadamente, el rápido crecimiento en el tráfico de vídeo puede transformarse en un auténtico desastre. Es importante ver dónde tendrán más impacto las inversiones de los proveedores de servicios, y esta investigación revela claramente que la frontera de las redes IP tanto fijas como móviles – que cada vez más se están volviendo una misma cosa – ofrece la mayor oportunidad para mejorar las prestaciones de la red. Al mismo tiempo, es también la mayor fuente de riesgo si no se gestiona apropiadamente”.