Vuelve el almacenamiento directo

El antiguo y bien conocido DAS (Direct Attached Storage o almacenamiento conectado de forma directa) es un modelo cuyos orígenes se remontan a mediados de los años 50, resultado de un diseño de IBM.
A pesar de que en la actualidad parezca no tener mucho sentido, está volviendo a captar la atención del mercado. Su simplicidad es lo que le ha dado una nueva oportunidad.
Así, y junto a su uso por parte de pequeñas oficinas y entornos domésticos, algunas grandes empresas están redescubriendo el potencial de DAS, especialmente las compañías Web 2.0: las que ofrecen productos y servicios en Internet que requieren gran capacidad de almacenamiento económico.
Estas firmas se han dado cuenta de las ventajas que DAS trae de nuevo a la palestra, especialmente para su uso con aplicaciones de misión crítica específicas.
Cuota de mercado
Pero recordemos cómo funciona este concepto. DAS no es más que almacenamiento conectado mediante un cable físico a servidores dedicados, PCs, portátiles, thin clients o terminales handheld de datos.
Así, y a pesar de todo lo que se habla acerca de tecnologías iSCSI, Fibre Channel (FC) y conectividad 4/10 Gb Ethernet, los expertos de la industria estiman que DAS aún acapara cerca del 70 por ciento del mercado total de almacenamiento.
Por supuesto, este cálculo incluye los millones de dispositivos USB externos utilizados en el hogar o la oficina; pero también contempla DAS como parte integral de sistemas de almacenamiento empresarial al alza.

En este sentido, IDC -que analiza la evolución mundial del almacenamiento cada trimestre- divide su análisis en diversos sub-segmentos. DAS no es uno de ellos, al estar enfocado principalmente al área de consumo.
Sin embargo, parece que la consultora podría volver a considerar incluir la categoría en sus estudios trimestrales como consecuencia de su incremento de uso en la pyme y las empresas de la Web 2.0.
Ventajas del modelo
Las razones de este mayor ratio de uso responden no sólo a su simplicidad, sino sobre todo a un bajo coste de adquisición y mantenimiento y al perfeccionamiento del producto.
Así, todo lo que DAS requiere es una conexión física directa desde los servidores hasta el dispositivo de almacenamiento. Y normalmente ambos elementos se encuentran muy próximos, lo que significa una mayor rapidez en el acceso a los datos.
Aunque el modelo no cuenta con elementos muy chic -tecnología hypervisor, virtual Imput/Output…- fabricantes como HP o Dell han confirmado su incremento en las ventas.
Además, la creciente competencia entre proveedores -Sun StorageTek, IBM, EMC, Fujitsu o Hitachi Data Systems- ha contribuido a que caigan los precios del almacenamiento directo.
Algo similar sucede con los fabricantes de discos duros de alta capacidad como Seagate, Hitachi, Samsung, Fujitsu o Western Digital, quienes han conseguido convertir a DAS en una opción más eficiente en términos de consumo y rendimiento.

Sin olvidar la llegada de los procesadores duales y ‘quad-core’ de Intel, AMD o LSI, incorporados ya en los controladores de los arrays de almacenamiento y que también contribuyen a incrementar el rendimiento.
El salto a NAS o SAN
A todas estas ventajas se une la ayuda prestada por la tecnología de disco SAS (Serial Attached SCSI), que añade una capacidad esencial: la escalabilidad.
En este sentido, es posible integrar hasta 90 o 100 discos SAS a un dispositivo de almacenamiento directo, conectarlo a uno o más servidores y no tener que preocuparse por ser un experto TIC.
Pero lógicamente esta escalabilidad tiene un tope. El salto de DAS al almacenamiento en red debería producirse cuando la empresa necesita más de cuatro servidores, ya que ese es el límite que soportan las unidades y sus controles duales.
A partir de ese número, se considera que la compañía tiene ante sí un pequeño CPD que gestionar, donde es más factible apostar por el almacenamiento en red, ya se trate de una configuración NAS o SAN.
En todo caso, la única opción viable para seguir apoyándose en DAS es crear grandes clusters o granjas de arrays, en lo que se basan las firmas Web 2.0 para alimentar las aplicaciones de redes sociales (MySpace, Facebook, Google, Bebo) y de e-commerce (eBay, Amazon.com, etc).
Otra forma de fijar el límite de DAS responde a la funcionalidad. Cuando el usuario necesita disponer de funciones avanzadas como la compartición de documentos o la virtualización, hay que cambiar de modelo.
No en vano, las últimas tendencias en almacenamiento están apostando con fuerza por gestionar todo el ciclo de vida de la información gracias a la virtualización, la encriptación automatizada o la deduplicación; para optar por la sencillez, ahí queda DAS.