El WiFi podría ser perjudicial para la salud

Nadie lo sabe, y según algunos, ése es el principal problema. La cercanía de
las redes inalámbricas genera una ?niebla electrónica? de ondas de radio que son
las que permiten que nos conectemos a Internet en ausencia de cables y que
podrían tener un efecto perjudicial para la salud. Sin embargo, la rápida
proliferación de estas redes ha venido acompañada de una casi inexistente
investigación de sus potenciales amenazas, con lo que el peligro real se
desconoce.

Por este motivo, la pasada noche, la
Professional Association of Teachers envió
una carta a Alan Johnson, el
secretario de educación
británico
, solicitando una investigación sobre los posibles efectos sobre la
salud de las redes Wi-Fi, y recomendando a los colegios la paralización de la
instalación de la infraestructura de estas redes hasta que se declaren inocuas.
En Reino Unido, ocho de cada diez colegios de educación secundaria y cinco de
cada diez de educación primaria cuentan con este tipo de instalación.

El miedo generado por las redes Wi-Fi sigue en paralelo al generado por los
teléfonos móviles. En este sentido, en un estudio aportado por Sir William
Steware en el año 2000, se afirmaba que no hay evidencias de que la exposición a
la radiación generada por los teléfonos móviles sea una amenaza para la salud,
aunque se recomienda que los niños no los usen exageradamente dado que su
cerebro está todavía en desarrollo.

Al mismo tiempo, existen razones para creer que las redes inalámbricas son
incluso más seguras que la infraestructura de red para telefonía móvil. La
primera de ellas es que su radio de acción es de unos pocos metros y requieren
menor potencia de emisión. Además, la agencia para la protección de la salud
norteamericana (Health Protection Agency)
afirma que una persona sentada junto a un punto de acceso durante un años
completo recibe la misma radiación que una persona que utilice un móvil durante
veinte minutos, según se desprende de la información ofrecida por
The
Guardian
.

En cualquier caso, expertos como Graham Philips, del grupo
Powerwatch, continúan preocupados al
respecto. ?Estamos detectando niveles de problemas de conducta cada vez más
altos en las clases. Necesitamos investigar cómo afecta la exposición a estas
redes, y si causan éstos y otros problemas?.

Por su parte, Philip Parkin, de la Professional Association of Teachers,
advierte que otros países están empezando a actuar para reducir la exposición de
los niños a estas ondas de radio. ?Aquí, (en Reino Unido) estas redes están
siendo instaladas sin control y sin evaluaciones?.