Windows 10 cambia a un proceso de actualización automática

Además, en 2016 esta versión del sistema operativo de Microsoft pasará de considerarse una actualización opcional a tratarse como recomendada para dispositivos Windows 7 y Windows 8.1.

Tras completarse sus primeros meses de vida en el mercado, Microsoft ha decidido introducir ciertos cambios en la forma que tiene de comportarse Windows 10. O, concretamente, en la forma de funcionar que ha adoptado hasta ahora la actualización a Windows 10.

En vez de seguir adelante con un proceso de despliegue en dos pasos, compuesto por el proceso inicial de reserva y el proceso posterior de notificación, la compañía de Redmond ha decidido desprenderse de alertas.

En el futuro, la instalación a Windows 10 se realizará de forma automática dentro de los dispositivos que hayan solicitado el paso a dicha plataforma. Eso sí, antes de mostrar el cambio de una versión a otra del sistema operativo de Microsoft, se le solicitará al usuario que acepte o rechace la transformación.

Y la decisión tendrá posibilidad de vuelta atrás. El proceso general ha sido preparado para guardar una copia de las aplicaciones y configuraciones que caracterizaban al sistema antiguo, que se podrá reactivar en un plazo máximo de 31 días desde la actualización a Windows 10.

Por otro lado, Microsoft tiene previsto ofrecer el salto a esta numeración para usuarios que se sirven en la actualidad de software no genuino. Lo hará desde la Windows Store y también con códigos de activación que deben ser adquiridos previamente.

Con este nuevo sistema operativo instalado en más de 110 millones de máquinas, otro anuncio que ya ha sido comunicado y que debería materializarse pronto es la categorización de Windows 10 a modo de actualización opcional en Windows Update, que en 2016 cambiará a recomendada.