5 consejos para mantener la productividad en verano

¿Tienes que quedarte en la oficina mientras los demás disfrutan de las vacaciones estivales? Respira y toma nota de estas recomendaciones para hacer el trance más llevadero.

El verano es época de desconexión. De descanso. De playa… o montaña. De lecturas que se habían ido acumulando en la estantería. De días largos y noches cortas. De descubrir nuevos lugares. De cenas con amigos. De calor. De helados. De vacaciones. De recargar las pilas. De cero preocupaciones. Pero no para todos. Es probable que este verano te toque seguir dando el callo en la oficina, por lo que pensar en lo que estarán haciendo tus compañeros mientras tanto no es la mejor ayuda para afrontar los madrugones con una sonrisa en los labios. Tampoco nos parece ideal consolarse pensando que, al menos, tienes trabajo. Vivir un verano cargado de tareas profesionales supone todo un reto que, sin embargo, se puede sobrellevar.

Además, existen una serie de trucos que no sólo servirán para que pases de un día a otro sin demasiado pesar, sino que te permitirán ser igual de productivo ahora que en cualquier otra fecha del año. En Silicon News te desvelamos cinco de ellos:

1. Haz listas. Planificar tu día, tu semana y tu mes antes de ponerte manos a la obra es algo que deberías hacer en cualquier estación del año, ya sea verano o invierno, ya que te permitirá ir quemando metas de manera consciente. Esto es, podrás saber cuánto progreso has conseguido y mantener en mente qué es lo que te falta todavía para terminar esa tarea en la que te hallas inmerso. También se antoja realmente útil para reaccionar mejor ante imprevistos, ofrecer un mayor rendimiento en el trabajo, colaborar sin pisar los procesos de tus compañeros y, sobre todo, para administrar tu tiempo de manera más inteligente. Por ello te recomendamos que dividas el trabajo por partes y realices listas de metas a alcanzar, ya sea a mano o con la ayuda de programas informáticos especializados como Evernote, OneNote y similares. Este método de actuación sirve para centrarse y motivarse a partes iguales. Y es que, ¿a quién no le gusta, o le hace sentirse más realizado, comprobar de forma gráfica lo mucho que está avanzando?

2. Toma el aire. No, no nos referimos a que compres ventiladores o pongas el aire acondicionado a tope para combatir las olas de calor dentro de la oficina. O a que te hagas con una buena reserva de abanicos. Lo que queremos decir es que salgas al exterior siempre y cuando tengas la posibilidad de hacerlo, esto es, respetando las tareas que te has marcado previamente para cada jornada y encajando las salidas dentro de tus obligaciones laborales. ¿Que un cliente quiere comentarte algo que le preocupa? Introduce un pequeño cambio en tu rutina habitual. Prueba a quedar con él en su propio entorno o, incluso, celebra una reunión informal en una cafetería cercana para charlar sobre el asunto. ¿Que hay que visitar a un socio para cerrar un acuerdo? Olvídate de atascos y calores. Por una vez, deja la pereza a un lado. Piensa que estás ante una excelente oportunidad para respirar un poco de aire puro y para participar, en cierta medida, del buen tiempo. Seguro que los rayos del sol te animarán el día.

3. Aprovéchate de la tecnología. Quizás tengas un trabajo que no se preste a hacer pequeñas escapadas al mundo exterior. O quizás esa oportunidad nunca se presente ante ti para poder aprovecharla. En ese caso todavía te quedan opciones para imbuir tus jornadas de trabajo de un punto de calma y buen rollo. Por ejemplo, prueba a combinar el empleo presencial en la oficina durante estos días de verano con el desempeño de parte de la actividad que te compete desde tu propia casa. A estas alturas de avance tecnológico existen multitud de herramientas que permiten avanzar desde el hogar con la misma eficacia que si estuvieses sentado en la mesa de tu despacho a primerísima hora y a varios kilómetros de distancia. Piensa en el correo electrónico, los sistemas de videochat, las suites ofimáticas colaborativas o los propios dispositivos móviles. Además de devolverte horas de sueño, porque no tendrás que realizar el trayecto ordinario para llegar a la oficina, y de ser respetuoso con el medio ambiente, por el mismo motivo de eliminar los viajes en coche u otro tipo de transporte, el teletrabajo ofrece ventajas como la compatibilidad con los compromisos personales y el aprovechamiento de las horas de inspiración.

4. ¿Te mereces un premio? Mejor dicho: ¡te mereces un premio! Si funciona como complemento para educar a los niños o para hacer felices a los que te rodean, ¿por qué no va a ser eficaz contigo mismo? A veces no está de más reconocer los logros conseguidos tras un gran esfuerzo y recibir una felicitación por ello o, si queremos ser más espléndidos, recibir una recompensa a cambio. Si terminas tus tareas de manera satisfactoria y te sobra tiempo, a lo mejor te has ganado salir antes ese día para encontrarte con tu familia y planear junto a los tuyos alguna actividad veraniega, como salir a comer fuera, ir a la piscina o, sin más, pasar un buen rato juntos. Otra forma de pensar los premios y, al mismo tiempo, dulcificar el ambiente mientras se está trabajando son los perks. Un perk es literalmente una ventaja o una gratificación que suele incluirse en la dinámica de trabajo para quitarle esa aspereza inicial y, obviamente, tiene que ser el empleador quien lo implemente. Puede tratarse desde dar la bienvenida a los vestuarios sin traje ni corbata o admitir la entrada de mascotas en las instalaciones hasta ofrecer comida gratis o introducir zonas de juegos.

5. Las metas están para cumplirlas. Exígete y supérate en todo aquello que te propones. Fíjate una meta… o dos, y lucha por ellas. Además de dividir tu día en forma de lista de tareas que debes cumplir antes de que el reloj marque la hora de salida, y aparte de endulzar tu verano en el trabajo con pequeñas recompensas, comienza a pensar en tus propias vacaciones. Puede que no te hayas podido coger el verano libre, como la mayoría de tus conocidos, pero sí que está a tu alcance disfrutar de unos cuantos días de (merecido) descanso cuando a los demás les toque reincorporarse. Hay herramientas y métodos de trabajo que ayudan a ser más productivo día tras día, pero nada de lo que uses para superarte funciona mejor como aliciente que el hecho de ser consciente de que, más pronto que tarde, podrás pedirte una temporada de asueto y olvidarte de responsabilidades, madrugones, estrés y formalismos. Seguro que puede encantarte lo que haces, pero nunca está de más parar para retomar adelante tu pasión con más fuerzas.

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