A fondo: Huawei activa el “modo de batalla”

La compañía responde a la adición de 46 nuevas compañías a la Entity List de Estados Unidos y dice encontrarse ante “un momento de vida o muerte”.

La relación entre Estados Unidos y China a través del caso Huawei se complica. En mayo, la administración que lidera Donald Trump emitió una orden ejecutiva bajo el enunciado de “Asegurando las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones y la Cadena de Suministro de Servicios” que en la práctica impedía las relaciones comerciales entre fabricantes americanos y el gigante chino, uno de los mayores vendedores de teléfonos a nivel mundial, sin contar antes con una aprobación especial. Afectaba también a unas 70 filiales

Como consecuencia, empresas como Google, Intel o Qualcomm se veían obligadas a cortar lazos con Huawei.

El Gobierno estadounidenses alegaba motivos de seguridad, hablando incluso de “emergencia nacional”. Detrás coleaba también la cuestión de las redes 5G y la nueva tecnología móvil que ya se está haciendo realidad en este 2019. Pero a continuación el Departamento de los Estados Unidos otorgó una licencia temporal para sostener actividades vinculadas con redes y servicios móviles durante 90 días, hasta el 19 de agosto.

A principios de esta semana se ha prorrogado la medida, por lo que los proveedores estadounidenses serían capaces de comerciar con Huawei durante 90 días más, hasta el mes de noviembre. También daría margen a los consumidores en general. El caso es que, mientras se hacía efectiva la prórroga, por otro lado se incluían nuevos nombres a la conocida como Entity List o lista de entidades vetadas, lo que ha provocado la reacción de Huawei.

Una decisión con “motivación política”

“Nos oponemos a la decisión del Departamento de Comercio de los Estados Unidos de añadir otros 46 afiliados de Huawei a la Entity List. Está claro que esta decisión, tomada en este momento en particular, tiene una motivación política y no tiene nada que ver con la seguridad nacional”, se ha mostrado tajante la firma asiática.

Así se lo ha transmitido a nuestros compañeros de Silicon UK un portavoz de Huawei, que añade que “estas acciones violan los principios básicos de libre competencia del mercado. No favorecen a nadie, incluidas las empresas estadounidenses”.

“Los intentos de suprimir el negocio de Huawei no ayudarán a Estados Unidos a lograr liderazgo tecnológico”, prosigue. “Hacemos un llamamiento al gobierno de los Estados Unidos para poner fin a este trato injusto y eliminar a Huawei de la Entity List”.

A nivel interno la reacción ha sido incluso más dura. Según un documento que cita la agencia Reuters y que ha sido remitido por el fundador de la compañía, Ren Zhengfei, a sus trabajadores, Huawei entra en “modo de batalla” para sobrevivir a las restricciones. “La compañía se enfrenta a un momento de vida o muerte”, reconoce Zhengfei, que explica que, “en el primer semestre, nuestros resultados parecieron buenos, probablemente porque nuestros clientes chinos simpatizaron e hicieron los pagos a tiempo, el gran volumen hizo que el flujo de caja se viera bien”, sin embargo, “esto no representa la situación real”.

La venta de teléfonos a lo largo del segundo trimestre se vio perjudicada por la tensión comercial entre Estados Unidos y China. Canalys constató un menor crecimiento por parte de Huawei en mercados extranjeros tras el bloqueo anunciado por Trump. Aunque en China incrementó su desempeño en un 31 %, fuera de su país los envíos se contrajeron hasta un 17 %. Y es que consumidores como los europeos no compraron al desconfiar sobre la vida útil de los terminales y las implicaciones de seguridad.

Además, sus socios de canal se habrían asustado, con los operadores móviles explorando estrategias alternativas. Esto hablaría del daño causado a la marca.

Eso sí, en cuestión de tabletas Huawei ha seguido creciendo. En base a los datos que maneja Strategy Analytics, mejoró sus envíos un 4 % durante los meses abril, mayo y junio con casi 4 millones de unidades.

Huawei prepara “un nuevo ejército”

En su alocución, Ren Zhengfei hace referencia a la necesidad de invertir y prepararse en producción para garantizar el suministro, así como de arrimar el hombro entre todos. “Si no puedes hacer el trabajo, entonces deja paso para que nuestro tanque ruede”, habría señalado. “Y si quieres venir al campo de batalla, puedes atar una cuerda alrededor del ‘tanque’ para tirar de él, ¡todo el mundo necesita este tipo de determinación!”.

Sobre empleos que resultan redundantes, da dos alternativas: “o forman un ‘escuadrón de comando’ para explorar nuevos proyectos, en cuyo caso podrían ser promovidos a comandante de la compañía si lo hacen bien. O pueden encontrar trabajo en el mercado interno. Si no logran encontrar un papel, sus salarios se reducirán cada tres meses”, advierte, de acuerdo con Bloomberg. Los empleados deberían acometer “acciones meritorias” y que sus jefes promover a aquellos “sobresalientes lo antes posible e infundir sangre nueva en nuestra organización”.

“En 3-5 años”, calcula el directivo, “Huawei fluirá con sangre nueva. Después de sobrevivir al momento más crítico de la historia, nacerá un nuevo ejército. ¿Para hacer qué? Dominar el mundo”.

Huawei ya ha presentado su propio sistema operativo, HarmonyOS, coincidiendo con la celebración de la Huawei Developer Conference en Dongguan. El software ha sido concebido con capacidades multiplataforma para trabajar con diferentes tipos de dispositivos.

Los primeros terminales con HarmonyOS serán dispositivos inteligentes como smartwatches, pantallas inteligentes, altavoces inteligentes y los sistemas de un mercado automoción que también es cada vez más inteligente. A finales de 2019 deberían a llegar al mercado las pantallas. Y, si Huawei quiere superar la dependencia de Android, su sistema también debería ejecutarse en smartphones.

Consciente de que para conseguir abrirse hueco con HarmonyOS no le bastará simplemente con la fortaleza de su nombre, Huawei quiere buscar la complicidad de la comunidad de desarrolladores con una plataforma que se define como distribuida, basada en microkernel y de código abierto.

Más información en Silicon.co.uk.