A fondo: Trump ya llegó. ¿Peligra la neutralidad de la red? (I)

¿Qué ocurrirá con la neutralidad de la red ahora que Donald Trump ha asumido la presidencia de Estados Unidos y ha comenzado a poner en práctica sus primeras medidas?

En contra de las expectativas de muchos, Donald Trump terminó ganando las elecciones presidenciales de Estados Unidos a finales de 2016. El candidato republicano asumió la dirección del gigante norteamericano en enero y desde entonces ha desplegado ya unas cuantas iniciativas que reflejan la línea política que pretende establecer, como el polémico veto a inmigrantes. Otra de sus medidas, que no ha acaparado tantos titulares pero tiene sus implicaciones, ha sido el nombramiento de Ajit Pai al frente de la FCC, la Comisión Federal de Comunicaciones, el órgano que regula todo el tema de radio, televisión, telefonía, comunicaciones satelitales y por cable en el país que dirige Trump.

Ajit Pai asume la presidencia de la FCC

El nuevo presidente de la FCC “ya ha mostrado claramente su desacuerdo con la posición, durante la anterior Administración, sobre protección de la neutralidad de la red. El señor Pai considera incorrecta la declaración de la banda ancha como un bien público, lo cual proporcionó fundamente jurídico para las normas de neutralidad”, apunta Alfa Sánchez, informático y miembro de Xnet, a la hora de valorar la designación de Ajit Pai por parte de Trump. Una designación nada trivial. Tras idas y venidas, peticiones y debate, opiniones y contraopiniones, la FCC falló durante el tramo final de la segunda legislatura de Barack Obama a favor de la neutralidad de la red y el internet abierto. Fue en 2015.

Esto trajo la entrada en vigor de normas propicias para la neutralidad de la red, que implica que los proveedores de servicios online no tienen potestad para decidir sobre el contenido consumido por los usuarios. Ni para censurarlo, ni para monetizarlo, ni tampoco para variar la velocidad otorgada a cada página. Significa impedir favoritismos, como la carga de unas páginas webs específicas sobre el resto. Supone que la capacidad para navegar de una u otra forma por las inmensidades de internet radica en el propio internauta, en nadie más. De lo contrario, internet se convertiría en un lugar plagado de limitaciones para los consumidores y con restricciones para los creadores, sobre todo si no poseen los medios para pujar e imponerse ante los grandes nombres de la industria.

Obama se había pronunciado en su etapa de presidente a favor de la neutralidad de la red. Y Estados Unidos legislaba a su favor. Sin embargo, Trump no parece tener la misma opinión en este asunto. Pai tampoco. En diciembre ya comunicó por escrito junto al miembro de la Comisión Michael O’Rielly que “disentimos de la decisión de neutralidad de la red” tomada hace dos años. Y que su pretensión es llevar a cabo la revisión del “procedimiento del Título II” de la Ley de Comunicaciones sobre neutralidad de la red que se acometió durante la etapa de Obama en la Casa Blanca “tan pronto como sea posible”.

¿Acabará Estados Unidos con la neutralidad de la red? ¿Le afecta a España?

“Mientras que tumbar las reglas de protección de neutralidad de la red aprobadas no parece una tarea legalmente sencilla para el señor Pai, el exabogado de Verizon”, detalla Alfa Sánchez, que hace referencia explícita al pasado profesional del presidente de la FCC como parte de una de las grandes compañías de telecomunicaciones del mundo, “avanza agresivamente en la desregularización, muy acorde con la visión de Trump, de las medidas de protección a los consumidores creadas durante la presidencia de Obama. En este sentido, una de las primeras medidas del señor Pai ha sido detener un estudio sobre si las prácticas de zero-rating violan las reglas de neutralidad de la red y en qué medida”.

Fuente-Shutterstock_Autor-AXL_EstadosUnidosEsto chocaría con iniciativas como aquellas en las que participa el grupo de activistas Xnet, que desde hace casi una década defiende la “democracia en red”. Entre otras cosas, este grupo apuesta por el concepto de neutralidad, al que considera “un principio fundador de internet” y “crucial” para que este invento se mantenga “no discriminatorio, diverso, innovador y libre”. Sus participantes lo han hecho visible en coaliciones como Save The Internet, Red Sostenible e Internet no será otra televisión.

También aboga por la neutralidad de la red todo un referente tecnológico como la Fundación Mozilla, otra entidad que lleva años intentando evitar “el bloqueo y la discriminación online” por medio de diversos proyectos. En 2014 pedía precisamente que la FCC reconociese los “servicios de entrega remota” como “servicios de telecomunicaciones”. Solicitudes más recientes de Mozilla sobre neutralidad se dirigen a autoridades de India y la Unión Europea.

“Hasta la fecha, Estados Unidos ha sido un líder global en política de internet y muchos países buscan en Estados Unidos una dirección en materias como la neutralidad de la red”, comenta Denelle Dixon-Thayer, Chief Legal & Business Officer de Mozilla en declaraciones a Silicon.es. “Por ejemplo, cerca del 80 % de América Latina tiene regulación de neutralidad de la red”, indica Dixon-Thayer, que insta a todos los países que ya han legislado a que “mantengan esas medidas protectoras con independencia de lo que ocurra en Estados Unidos”. Pero, ¿hay posibilidad de vuelta atrás? ¿Está en peligro real la neutralidad de la red con Trump a cargo de la presidencia de Estados Unidos y Pai al frente de la FCC? ¿Cambiarán en América de parecer sobre este tema? ¿Y nos afectará a los españoles?

“La neutralidad de la red, al garantizar la igualdad de condiciones”, entre otras cosas, se antoja “también fundamental para permitir que empresas nuevas, pequeñas e innovadoras alcancen a los usuarios. Si Estados Unidos revierte sus disposiciones sobre neutralidad de la red, podría afectar a las posibilidades de que algunas empresas españolas lleguen a los usuarios estadounidenses y compitan con empresas de Estados Unidos”, baraja la portavoz de Mozilla. “Internet es una red global”, recuerdan mientras tanto desde Xnet por medio de Alfa Sánchez, así que “un internet no neutral en Estados Unidos tendría repercusiones sobre los usuarios de internet de todo el mundo”.

La construcción de una televisión 2.0

“La derogación del Título II de la Ley de Comunicaciones y regulación para un internet abierto que impulsó la Administración de Obama y posteriores desregularizaciones que puedan ser promovidas en la era Trump”, y que ahora se temen, “amenazan la libertad, diversidad, innovación y potencial democratizador de internet. Si los proveedores de internet tienen poder para decidir qué tiene prioridad y qué no en internet, en lugar de tener que ofrecer una red igual para todos, estaremos frente al nacimiento de una nueva tecnología discriminatoria y unidireccional, una televisión 2.0”, valora Sánchez.

“La web nació libre gracias a la visión y altruismo de sus desarrolladores. Ahora que la red es global y está presente cada vez más en todas las facetas de nuestra vida diaria, hay muchos intereses para sacar provecho económico de ella”, continúa el miembro de Xnet. “Algunos de estos intereses se basan en el modelos de negocio monopolístico de la discriminación, como por ejemplo los que rompen su neutralidad. Por ello las instituciones deben actuar para proteger a los usuarios y consumidores ante estas prácticas anticompetitivas y cortoplacistas que dañan el ecosistema de internet”, determina Alfa Sánchez ante la falta de acuerdos a más largo plazo. “La regulación de la red es un tema muy importante y a la vez muy nuevo, además de afectar a muchos actores e intereses”. Así que al final, “la batalla por una red neutral y por los derechos y libertades de los usuarios se está librando ahora mismo en todo el mundo”. Es un tema que concierne a nivel planetario.

Fuente-Shutterstock_Autor-Sergey Nivens_InternetY es un tema recurrente “precisamente porque establecer los cimientos para un estándar sólido de neutralidad de la red ayuda a proteger el internet abierto y tiene un impacto positivo sobre el crecimiento, la innovación y la libertad de expresión”, determina Denelle Dixon-Thayer. Todos ellos valores que aprecia cualquier ciudadano en cualquier rincón de cualquier país. “Aunque los entornos políticos y legales difieren y, por tanto, las estrategias y los enfoques pueden variar, creemos que los principios fundamentales de neutralidad de la red son” compartidos y “relevantes en cualquier lugar”.

Dos velocidades, vías rápidas y zero-rating

Dixon-Thayer recuerda que antes de que la FCC clasificase “los servicios de acceso a internet de banda ancha bajo el Título II de la Ley de Comunicaciones” de Estados Unidos “como ‘servicios de telecomunicaciones’”, éstos “se regulaban bajo una categoría legal separada como ‘servicios de información’, la misma categoría formal en la que se incluían los servicios que no eran relativos al acceso”. La decisión actual “alinea a Estados Unidos con la mayoría de los países, que establecen una distinción normativa entre los servicios de acceso (como las telecomunicaciones) y los servicios ofrecidos over the top (empleando una conexión a internet)”. Siempre y cuando no se revierta.

Si se modifica la legislación actual, se estará abriendo la puerta para un internet de dos velocidades plagado de triquiñuelas como el zero-rating o las vías rápidas, ambas tácticas que van en contra de los fundamentos de un internet igual para todos. El zero-rating o tasa cero tiene que ver con no cobrar por los datos que son usados en ciertas aplicaciones. Las vías rápidas, por su parte, son fruto de pagar a proveedores de servicios de internet (los famosos ISPs) por una carga más veloz y un acceso prioritario a determinados sitios.

¿El resultado de este tipo de prácticas? Ventajas sustanciales para los más poderosos. Esto es, sólo para una parte de la economía y de la población. Y, por consiguiente, un daño grave a la neutralidad y sus valores. ¿Qué razones sustentarían el cambio? ¿Hay algún argumento que pueda justificar el desajuste entre conexiones? ¿Alguna excepción? ¿Quiénes son los dueños de internet en estos momentos? ¿Y quiénes deberían serlo? ¿Es internet un negocio más o un derecho universal? Lo vemos en la segunda parte de este reportaje.