A fondo: El sector editorial español, preparado para la digitalización

Sólo hay que mirar cualquier mañana en el metro para ver la popularidad del e-book. Prácticamente todos los lectores usan un e-reader o una tablet. ¿Está preparado el sector editorial español para la era digital?

Hace algunos años vivimos el ‘boom’ del e-book en España. Las ventas de los e-readers se dispararon y, casi de repente, empezamos a ver lectores con este tipo de dispositivos en transportes públicos, salas de espera, etc. Poco después, la popularización de las tablets acabó de consolidar el libro electrónico. Se abría el camino hacia la digitalización del sector editorial.

En España acogemos con fervor las novedades tecnológicas. Según una encuesta realizada por Energy Sistem, el 42% de los españoles prefiere los e-books frente al libro de papel. Y parece que las cifras de ventas respaldan esta percepción. Según los datos de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), el libro electrónico facturó 115,44 millones de euros en 2015, con un crecimiento interanual del 4,9%. Este mercado se ha ‘enfriado’ un poco, después del incremento del 37,3% que registrara en 2014.

La cifra de facturación del formato digital apenas supuso el 5,1% de los ingresos totales del sector, pero muestra una tendencia clara. Así, se vendieron 12,7 millones de ejemplares, un 13% más que un año antes. Además, cabe recordar que la facturación de los e-books superó por primera vez los ingresos del libro de bolsillo en 2014. Respecto a la distribución, la mayor parte de los libros electrónicos (78,5%) se vendieron a través de plataformas específicas de distribución digital, fundamentalmente tiendas como Amazon (21,4%) o Casa del Libro (7,3%).

Parece que el consumidor ya se ha posicionado. ¿Y los editores? “La situación del sector editorial español no difiere mucho de la del resto de países de nuestro entorno, con excepción de los países anglosajones, fundamentalmente Estados Unidos y Reino Unido, donde la presencia de las empresas tecnológicas ha hecho que la digitalización de los libros haya sido más rápida. La facturación del libro digital en España es muy similar a países como Francia o Alemania. Además, España ha sido pionera en el desarrollo de plataformas tecnológicas para la comercialización de libros”, declara Antonio María Ávila, director ejecutivo de la FGEE.

La digitalización también  llega a los libros de texto. “Desde hace más de una década, los contenidos educativos elaborados por las editoriales españolas se han estado adaptando a los nuevos desarrollos tecnológicos. Primero, digitalizando los contenidos elaborados en formato papel;  y ya en los últimos cinco años, creando contenidos específicamente digitales.  Hoy podemos decir que los libros de texto tradicionales van acompañados de su versión digital. Al adquirir un libro en papel, el alumno dispone de contenidos digitales que también puede usar tanto en el aula como el hogar”, especifica José Moyano, presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE).

En cualquier caso, Arturo Cavanna, director de Desarrollo Digital del Grupo Edelvives, indica que “el ámbito de libros de texto todavía se encuentra en una digitalización muy incipiente”, por lo que considera que todavía podemos esperar “muchas sorpresas”.

Los retos del sector

La digitalización del sector y el desarrollo del formato electrónico se encuentra con un reto importante: la vulneración de los derechos de propiedad intelectual. “Si un editor encuentra que su libro está en las plataformas piratas antes incluso de que él los pueda comercializar en ese formato, no va a invertir en la digitalización. No resulta rentable. Las empresas han invertido mucho dinero en digitalizar sus obras sin que en muchos casos hayan podido recuperar la inversión”, advierte Ávila.

En el ámbito de los libros de texto,  además de la piratería, nos encontramos con otros desafíos. “Uno es la búsqueda de un estándar que permita que los contenidos puedan usarse en cualquier dispositivo. Ahora es necesario adaptarlos para los diferentes sistemas operativos, lo que incrementa las inversiones económicas y dificulta el uso de los alumnos. Otra es la valoración que se hace de los contenidos. Digital no significa gratuito. Las inversiones que hay que hacer son elevadas y el hecho de que haya facilidad de acceso a ellos no debe significar que sean gratuitos”, precisa el presidente de ANELE.

Por su parte, Cavanna considera que uno de los mayores retos es que “la digitalización vaya siendo acorde y en consonancia a las necesidades que precisa y demanda la escuela. Que no se base solamente en meros contenidos, sino que se reproduzca en todos y cada uno de los departamentos que componen una editorial. Las editoriales tenemos que convertirnos en empresas que proporcionamos diferentes servicios a nuestros usuarios”.

Claves para impulsar la digitalización

Aunque el formato digital va encontrando su hueco, todavía hay aspectos que convendría revisar para impulsar este negocio. “Es necesario equiparar la fiscalidad del libro digital al de papel. No es de recibo que por un libro en digital se pague un 21% de IVA, mientras que por el libro en papel, el mismo, se pague el 4%. Cuando se habla del coste de un libro digital ha de saberse que el 21% son impuestos”, remarca el director ejecutivo de la FGEE.

En el ámbito educativo, Moyano reclama la “adaptación de los centros con conectividad suficiente para que un número elevado de alumnos pueda conectarse a la vez a la red del colegio”. Además, incide en la formación del profesorado. Asimismo, hace hincapié en la importancia de la valoración del contenido. “Las Administraciones Públicas se han centrado en dotar a los alumnos de dispositivos sin tener en cuenta que un ordenador o una tableta no es nada en la educación si no existen contenidos que les den sentido”.

Por su parte, el responsable de Edelvives se refiere a la necesidad de dotar de tecnología a docentes y alumnos. “Cuando hablo de tecnología, no solamente me refiero a un dispositivo ‘one to one’ puramente tecnológico. Me refiero a recursos educativos tecnológicos, conectividad de tal nivel que permita acceder a internet a cualquiera de los usuarios sin ningún problema y recursos innovadores para el docente que le permitan acompañar a sus alumnos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Recursos que incluso puedan ser usados sin problemas por alumnos con discapacidades o con altas capacidades; es decir, que se adapten a las necesidades de cada persona. No podemos hablar de inteligencias múltiples, de competencias clave, de cooperativo, ‘flipped classroom’, etc., sin contar con unos recursos que se adapten a todas esas demandas y necesidades”.

Futuro de átomos y bits

Vivimos en un mundo cada vez más tecnológico, por lo que parece razonable pensar que el mercado editorial digital continuará creciendo. Pero esto no significa que se vaya a acabar con el papel. “No es fácil saber cuál será el futuro, pero seguro que aún convivirán ambos formatos”, anota Ávila. El presidente de ANELE coincide con él. “Es difícil saber el futuro.  Creemos que el papel debe seguir existiendo. De hecho, hay quienes propugnan que los alumnos deben tener la capacidad para trabajar en cualquier formato, ya sea analógico o digital”.

Cavanna considera que “a corto plazo, el futuro del sector es muy alentador y con grandes expectativas. Se abre un nuevo camino para desarrollar herramientas que permitan acompañar toda esta nueva transformación que se plantea”. Por ejemplo, se refiere a contenidos de gran nivel multimedia, basados en tecnología muy avanzada, tanto en realidad virtual como en realidades inmersivas. Todo ello amparado por análisis Big Data, que permita un seguimiento y una personalización específica para cada uno de los usuarios”.

También destaca el papel de los “recursos en la nube, abiertos y totalmente compatibles con la diversidad de tecnologías que existan, que proporcionarán una escuela global sin ningún tipo de barreras. Y unos recursos motivadores que puedan, tanto en docentes como en alumnos, mostrar y generar el máximo potencial de la creatividad de cada uno de ellos”.

En cuanto al papel, cree que “es un formato y una herramienta más”. Y piensa que “hasta que la tecnología no lo pueda sustituir en su totalidad, ya sea por su plasticidad, flexibilidad e incluso precio, seguirá conviviendo con los formatos digitales”. Por otro lado, habría que considerar también la posible aparición de un nuevo formato de papel digital, que abriría nuevas posibilidades.

Avanzando hacia el mundo digital

En cualquier caso, resulta evidente que el sector tiene que ser capaz de dar respuesta a un futuro cada vez más digital. El director ejecutivo de FGEE señala que “las empresas españolas han desarrollado una importante labor para desarrollar una plataforma que permite la introducción de metadatos para la comercialización de los libros en cualquier formato”.

Moyano destaca la creación de “una plataforma que aglutina todos los contenidos digitales desarrollados por las empresas asociadas a ANELE, que también está abierto para el resto de empresas de contenidos educativos”. Así, explica que “cualquier padre puede acceder a la adquisición de las licencias de cualquier libro digital para la creación de las mochilas digitales”.

Otra muestra de este esfuerzo en pos de la digitalización es el acuerdo firmado recientemente por Edelvives y Google. “Este acuerdo se concreta en tres puntos muy importantes”, señala el director de Desarrollo Digital de la compañía. El primero de ellos es la suma del Chromebook al proyecto ‘+ Edelvives’. “Integramos nuestros recursos al sistema operativo Chrome OS y los adaptamos perfectamente al uso en los Chromebooks, un dispositivo que consideramos puntero para el sector educativo”, anota.

En segundo lugar, Cavanna explica que uno de los objetivos clave consiste en “integrar totalmente todas las Google Apps  -incluyendo la API de Google Classroom- dentro de nuestra plataforma de contenidos y que todas las herramientas queden totalmente integradas en un único ecosistema”.

Por último, el responsable de Edelvives destaca la capacidad transformadora de Google en aquellos sectores en los que se implica, por lo que estima que “trabajar en conjunto nos va a permitir desarrollar herramientas y recursos educativos basados en tecnología innovadora; adaptada a los docentes y a los alumnos de nuestro siglo; no del siglo pasado”.

Pero la estrategia de digitalización de Edelvives no se agota en este acuerdo. “Desde hace dos años y medio, planteamos el ofrecer dentro de nuestro material en formato papel todos nuestros recursos en formato digital. Es decir, lanzamos un proyecto digital integral, que aúna el formato papel y todos los recursos y posibilidades digitales. Todos los usuarios tienen la posibilidad de acceder a nuestros recursos digitales”, puntualiza.

Actualmente, la plataforma digital de Edelvives tienen volcados más de 600 libros de texto en 5 idiomas, a los que acceden a diario cientos de miles de usuarios, entre profesores y alumnos. Y sus contenidos están adaptados a todos los sistemas operativos del mercado, por lo que están disponibles en todas las app stores: Google Play, Apple Store, Windows Store y Chrome Store.