Como consecuencia directa de su declaración de bancarrota hace apenas un mes, Eastman Kodak dejará de fabricar sus famosas cámaras fotográficas. Aunque éstas no estarán solas en su despedida, la firma dirigida por el español Antonio M. Pérez también ha decidido decir adiós a otros dispositivos digitales como las cámaras de vídeo de bolsillo y los marcos de fotos.
En su lugar, Kodak competirá con nombres como Hewlett-Packard y se centrará en las impresoras de inyección de tinta para sobremesa así como en las impresiones de imágenes online y en tiendas, un área que está resultando mucho más rentable que el de tomar fotografías. De hecho, se espera que este cambio de filosofía le valga a la empresa un ahorro de 100 millones de dólares anuales. Mientras que el cese de de la unidad supondrá un cargo de 30 millones de dólares.
El cierre se producirá a lo largo el primer semestre de 2012. Durante este tiempo, Kodak trabajará de cerca con sus socios minoristas para asegurar que la transición se produzca de forma ordenada. Y, aunque no volverá a fabricar nuevos modelos, ha asegurado que cumplirá escrupulosamente con las garantías y prestará el servicio técnico debido a los productos descontinuados.
Lo que sí podría suceder es que alguna otra empresa decida licenciar la marca y fabrique el hardware por su cuenta, para volver a introducir el mito en el mercado. Y es que Kodak tiene nada menos que 131 años de historia y su primera cámara digital salió a la venta en 1975.
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