Apagón digital, el retorno

Se las prometían muy felices allá por marzo en el Ministerio de Industria, cuando 43 millones de españoles ya estaban conectados a la TDT, pero la criatura en cuestión vuelve dispuesta a dar más guerra. Antes de 2015, todos los canales de televisión tendrán que hacer frente a una nueva reforma que obligará a las emisoras a desalojar las frecuencias que ocupan actualmente para pasar a emitir en nuevas franjas del espectro radioeléctrico.
Los usuarios finales, como no podía ser de otra forma, volverán a pasar por el calvario de la sintonización de canales y, en la mayoría de los casos, tendrán que adaptar sus antenas a los nuevos protocolos de emisión o hacerse con una nueva. Industria ya se ha apresurado a adelantar que los gastos corren de su cuenta, no sólo para los usuarios, que en algunos casos tendrán que reorientar sus antenas, sino también para las televisiones, que deberán emitir en dos frecuencias diferentes al mismo tiempo (emisión en simulcast) durante el periodo de transición.
Lo cierto es que las operadoras no han dejado demasiado campo de acción al Gobierno, anunciando que no sufragarán este proceso y criticando las prisas del Ejecutivo por fijar el apagón analógico, cuando el plazo europeo finalizaba en 2012. Por lo que respecta a los telespectadores, Fenitel, la asociación de instaladores de telecomunicaciones, estima que la reorientación de las antenas en los edificios oscilará entre los 125 y los 650 euros. Todavía no se han concretado las fechas de esta nueva reforma de emisión ni el coste que supondrá para las arcas estatales.