Así es en imágenes Diaspora

Diaspora apareció hace ya más de unos meses prometiendo ser la alternativa en cuestiones de privacidad a Facebook. En mayo de 2010, la red social open source era el tema favorito de conversación en los círculos 2.0. Había conseguido que hasta Mark Zuckerberg, el CEO de Facebook, participase en su primera ronda de inversión y parecía muy, pero que muy interesante.

¿Se creó una burbuja Diaspora? La red social no aprovechó ese momento de máxima expectación para lanzarse al mercado. La primera fecha de lanzamiento fue retrasada y apuntarse entonces a la lista de espera para recibir una invitación no significaba, en absoluto, que el acceso a Diaspora fuese a ser inmediato. Apuntarse en 2010 implicó esperar hasta ahora mismo para hacerse con la llave de acceso a la red social.

Las invitaciones a Diaspora llegaron empezaron a salir el pasado viernes (cuando se recibió una en la redacción de Silicon News y cuando comenzaron a aparecer menciones en Twitter a la invitación recibida por parte de sus potenciales usuarios) y hoy soy ya varios los usuarios de la red de microblogging que comentan sus primeras impresiones.

Diaspora se parece demasiado a Google +. No hay círculos porque el parecido no está en el aspecto mejoras, sino en el diseño. La primera impresión que causa Diaspora es la de estar dándose de alta en Google +. La misma disposición del muro, una tipografía similar y hasta colores muy parecidos son los que hacen inmediatamente pensar en la red social de Google cuando se abre Diaspora.

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A diferencia de Google+ u otras redes sociales, en las que el usuario entra sin información en su muro, Diaspora incluye de serie información pública. De hecho, la red social incluye algunas características muy similares a Twitter, donde la información es de entrada pública y puede ser leída por cualquiera. Los tags semejan una suerte de hashtags y además se puede mencionar, como sucede en Twitter, a otros usuarios de la red social.

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