Ya sabemos que Intel tiene un interés especial en los wearables y en el uso de las Google Glass en el entorno laboral, pero la realidad es que el interés de la propia Google y el público en general parece haberse reducido últimamente.
Los continuos retrasos de Google para sacara a la venta la versión definitiva de consumo parecen mostrar que no es algo relevante para Google, aunque en teoría haya cientos de trabajadores implicados en su desarrollo, pero la llegada de Intel podría supone por fin el paso necesario para que Google Glass se convierta en el wearable que se ha esperado durante tantos años.
Una patente de Google muestra un diseño renovado de las Google Glass, mucho más simple y fino, que si bien no se sabe todavía si corresponde a la segunda versión de las gafas, tiene muchas papeletas para serlo.
Esta nueva versión además podría usar Android Wear e integrarse mejor con los smartphones y, sobre todo, con los smartwatches, un mercado que se cree que el año que viene entre en plena expansión gracias a la venta del Apple Watch.
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