Automatizar la mano de obra en los almacenes ante el auge del comercio electrónico

Zebra Technologies propone sistemas inteligentes de gestión de plantilla como solución para los retos surgidos con la pandemia.

Uno de los efectos colaterales de la pandemia de coronavirus ha sido la intensificación del comercio electrónico, que está cambiando las reglas de juego en el sector retail.

Tal y como explica Zebra Technologies, “este cambio ejerce una enorme presión sobre los almacenes y los centros de distribución”, sobre todo “sobre los empleados de primera línea que deben gestionar un número de pedidos en aumento”.

“Para compensar”, señala David Lancefield, director de Ventas de Soluciones de Software de esta compañía para EMEA, “los operadores de almacenes han contratado un número récord de trabajadores en los últimos meses. En septiembre de 2020 se contrataron 1,25 millones de trabajadores en el sector de almacenes y depósitos, más que en cualquier otro periodo de los últimos diez años”.

Esto crea retos de adaptación, ya que las nuevas incorporaciones necesitan un tiempo de formación.

También existen desafíos vinculados con la demanda de los clientes, ya que las fluctuaciones del tráfico en las tiendas online son difíciles de valorar para la previsión de mano de obra. Así, un almacén puede quedarse sin personal o contar con una plantilla sobredimensionada en un momento dado.

Por otro lado, los procesos de programación manuales corren el riesgo de ser inexactos. Y los jefes de almacén acaban destinando demasiadas horas a modificar horarios en vez de ayudar a sus empleados.

Para ganar visibilidad sobre las distintas variables que afectan a la plantilla de almacén, sería necesario introducir un sistema inteligente de gestión de personal capaz de automatizar los procesos de optimización de mano de obra.

Con ellos se puede responder a los cambios en la carga de trabajo e impulsar el compromiso de los empleados

Este tipo de soluciones detectan alteraciones en los patrones de datos y elaboran modelos de previsión teniendo en cuenta cuestiones como las preferencias de los propios trabajadores y las normas corporativa o las regulaciones laborales. Mientras, los directores podrían dedicarse a formar empleados recién fichados.