La industria de drones española peca de “extremadamente fragmentada y volátil”

ToDrone, que ha publicado los resultados de un barómetro sobre drones en España, dice que muestra un “fuerte crecimiento en número de empresas” pero que es “aún muy inmadura”.

En España, la industria de los drones es “extremadamente fragmentada y volátil, de fuerte crecimiento en número de empresas y aún muy inmadura”.

Así lo determina ToDrone que ha publicado los resultados de un barómetro sobre este sector. Entre ellos, los que señalan que el 93 % de los operadores de drones españoles está compuesto directamente por pymes y autónomos y que tres cuartas partes no alcanzan los tres años de vida. De hecho, 1 de cada 3 no llega ni al año. También cabe señalar que la gran mayoría, un 85,6 %, cuenta con una plantilla de cinco empleados como mucho. El 78 % factura menos de 50.000 euros. Y 9 de cada 10 no alcanza el medio centenar de trabajos aéreos anuales.

Desde ToDrone desvelan asimismo que un 60 % opera únicamente a nivel regional. Y tan sólo el 17 % se habría atrevido a dar el salto al extranjero.

Entre los problemas a los que se estarían enfrentando las empresas dedicadas al sector de los drones en nuestro país se encuentra la búsqueda de financiación. Un 19 % de los proyectos ha conseguido financiación pública, mientras que la privada alcanza todavía a menos compañías, a un 17 %. Otros retos son la falta de directrices legales, la incertidumbre sobre su desarrollo futuro y la pasividad de la Administración.

¿Y entre quién están triunfando los drones de momento? Especialmente entre los miembros de la industria audiovisual y de ocio. Aunque estos aparatos también son de utilidad para infraestructuras, la minería, la agricultura y temas de medioambiente.

“El desarrollo tecnológico, el abaratamiento de las soluciones técnicas y la cada vez mayor dependencia de información de calidad hacen que los drones empiecen a jugar un papel determinante en la economía y en los procesos productivos”, destaca Javier Galera, fundador de ToDrone. “Los drones se han convertido en un producto de gran consumo y cada vez están siendo incorporados por más compañías en su cadena de valor”, añade Galera. Aunque parece que a la industria española aún le quedan mejoras que adoptar.