BlueTrack, a exámen

Ya hablamos hace tiempo de la presentación oficial de esta tecnología, que los responsables de Microsoft lanzaron en nuestro país aprovechando la puesta en escena de otros ratones, webcams y conceptos de la división Microsoft Hardware, una de las grandes desconocidas del gigante de Redmond.

Y como ya dijimos entonces, BlueTrack está por ahora presente en dos ratones inalámbricos de Microsoft. En primer lugar, el Microsoft Explorer Mouse, y en segundo, el Microsoft Explorer Mini Mouse, lo que claramente define ambas versiones del mismo ratón, uno más acorde con ordenadores de sobremesa y otro destinado a usuarios con mucha movilidad y que se sienten cómodos con un ratón más pequeño.

BlueTrack, una tecnología todoterreno

Puede que el nombre de estos dispositivos no sean demasiado afortunados teniendo en cuenta que muchos podrían confundirlo con el explorador de archivos o el de Internet de esta empresa, pero lo cierto es que aparte de esto estos ratones son probablemente los más eficientes y precisos que he tenido en mis manos. Y de eso es principal culpable la tecnología BlueTrack que supone una pequeña revolución a las actuales tecnologías ópticas y láser aplicadas a estos dispositivos.

Dicha tecnología hace uso de un haz de luz azul “incoherente” (no es broma, así la denomina Microsoft) que entre otras cosas es cuatro veces más ancho y difuso que los haces tradicionales. Este LED proporciona imágenes de alto contraste y menor ruido, que gracias al tratamiento de un chip CMOS con algoritmos especiales proporciona un seguimiento impecable en cualquier superficie. Precisamente esta es la magia de esta tecnología: da igual dónde utilices el ratón, porque su deslizamiento y la respuesta en pantalla es asombrosamente preciso.

Microsoft Explorer Mouse

El ratón de sobremesa de Microsoft que hace uso de esta tecnología es prácticamente perfecto por tamaño y por ergonomía (eso sí, solo para diestros). Quizás los dos botones laterales a los que accedemos con el dedo pulgar son algo más incómodos de acceso, pero esa posición precisamente evita pulsaciones involuntarias.

La rueda del ratón se desliza de forma suave y totalmente personalizable (gracias al panel de control del ratón), y los botones izquierdo y derecho tienen suficiente resistencia como para poder descansar la mano sobre ellos tranquilamente, nuevamente sin que haya pulsaciones no deseadas.

El ratón hace uso de una pequeña llave USB a modo de receptor, y está alimentando por una batería interna que recargamos gracias a una pequeña pero funcional cuna de conexión. Esta versión del ratón BlueTrack de Microsoft posee un pequeño indicador LED en la parte superior que parpadeará en rojo cuando la batería esté a punto de agotarse. De igual modo, al conectarlo en la cuna parpadeará en verde indicando el proceso de recarga, y la señal de que ese proceso ha finalizado será una luz verde permanente.

El ratón también posee una atractiva iluminación azul cuando vuelve a entrar en funcionamiento después de un periodo de inactividad. El logo de BlueTrack también se ilumina, lo que proporciona un efecto muy elegante visualmente que, eso sí, apenas dura unos segundos.

Microsoft Explorer Mini Mouse

Al igual que su hermano mayor, el Explorer Mini hace uso de la tecnología BlueTrack para poder funcionar virtualmente en cualquier superficie (el cristal y las superficies de espejo son las que le hacen pasarlo mal), así que simplemente estamos ante una versión “portátil” del Explorer.

Únicamente se diferencia del anterior por el hecho de que hace uso de una pila AA cuya autonomía aguanta mucho tiempo, aunque no está de mas llevar con nosotros una pila de repuesto por si acaso. Su pequeño hueco posterior para la llave USB receptora de la señal es perfecto para poder trasladarlo a cualquier parte.

El precio, el principal obstáculo

La tecnología BlueTrack se ha comportado durante de forma ejemplar durante todo este tiempo. El Explorer Mouse se ha convertido en mi ratón de uso diario, y realmente es sobresaliente en todos los apartados. La respuesta en juegos también es excelente, aunque no soy un experto en este campo, pero su sensibilidad y velocidad es altísima.

La versión Mini es igualmente destacable porque es un ratón perfecto para olvidarse del touchpad de tu portátil si no te acaba de convencer: puedes llevarte el portátil al sofá y deslizar el Explorer Mini por la tela del sofá, tu propia ropa o, por poner ejemplo, por las sábanas si estás navegando un rato antes de ir a dormir, y la respuesta es siempre la misma, excelente.

La única pega que le veo a estos ratones es su precio, algo elevado pero en parte justificable por la novedad de esta tecnología. Es más que probable que Microsoft vaya extendiendo su uso a otros ratones muy pronto (de hecho, preparan una versión de su ratón para gamers basado en BlueTrack) y que eso abarate dichos dispositivos, pero lo cierto es que ahora mismo 89,90 € por el Explorer y 59,90 € por el Explorer Mini nos parecen precios altos. Puede que a la larga compensen (yo creo que así les sucederá a muchos), pero es una inversión importante para este tipo de dispositivo.