El auge de los microbogs en el país asiático que recientemente superaba los 500 millones de internautas (un 40% de la población), preocupa al gobierno. Si bien los considera como una forma de conocer las percepciones de la opinión pública, también los acusa de ser la fuente de rumores infundados y vulgaridades. Así, ha mostrado su intención de ejercer un control sobre estos.
En definitiva, el contenido que se publique online debe ser aceptable para el Partido Comunista, de lo contrario se tomarán las medidas pertinentes.
El Gobierno municipal de Pekín dará tres meses a los usuarios para que se inscriban con su nombre real (una decisión imitada por otras ciudades chinas), o de lo contrario podrán enfrentarse a consecuencias legales.
Las autoridades chinas ya han bloqueado Twitter y Facebook y ahora intentan poner límites a Weibo, el homólogo chino del site de los 140 caracteres que cuenta con más de 300 millones de usuarios registrados (muchos usuarios tienen más de una cuenta).
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