Cómo optimizar la eficiencia energética en el servidor

En este extenso artículo examinamos varios componentes que inciden directamente en la cantidad de energía que un servidor utiliza, así como el coste real de operar un servidor y cómo optimizar su eficiencia energética.

CPUs

La CPU es el corazón del servidor y el mayor consumidor de potencia. Mientras Intel y AMD ofrecen distintas familias de CPUs, todas con el ánimo de ofrecer más potencia por cada vatio consumido, la exigencia de energía total de los servidores ha seguido aumentando (ya que la demanda de potencia informática también ha crecido).

Por ejemplo, la potencia exigida por una CPU de Intel varía de los 40-80 vatios para un procesador Intel Xeon de doble núcleo a los 50-120 vatios de un procesador de núcleo cuádruple, dependiendo de la versión y de la velocidad. Como se dijo anteriormente, muchos servidores se configuran con dos, cuatro o incluso ocho CPUs dobles o cuádruples. Y naturalmente, todos queremos los servidores más rápidos y modernos del mercado, con la esperanza de que su longevidad media de tres años nos de para soportar la siguiente oleada de software o aplicaciones.

Se ha comprobado que la media de las CPUs están desocupadas el 90 por ciento del tiempo y que sólo se utilizan al máximo rendimiento en períodos de tiempo muy breves. Aún así, consumen una parte sustancial de su capacidad energética las 24 horas del día. Más aún, incluso cuando los servidores están equipados con funciones de ahorro energético en el hardware y en el software (como es el caso de la mayoría de los servidores), estas funciones suelen ser desactivadas por los administradores.

Uno de los objetivos fundamentales de la virtualización es disminuir el número de servidores que se infrautilizan, y consolidar su función/aplicación con menos y más potentes servidores que funcionen a una tasa de utilización media más alta.

Por último, las exigencias de rendimiento y los tipos de tareas informáticas a las que se enfrentan tus aplicaciones serán el factor determinante a tener en cuenta a la hora de elegir un número y un tipo de CPU. Con suerte, si tratas de hacer coincidir la carga de trabajo del sistema con el rendimiento y número de CPUs, optimizarás la eficiencia de cada servidor.