Consecuencias del teletrabajo: cuando vivir en un hotel es más barato que alquilar un piso

Vuelve a surgir la posibilidad de vivir en un hotel, con precios competitivos frente al alquiler de apartamentos, en un contexto de trabajo a distancia y de turismo de capa caída.

En tiempos de transformación como los que vivimos aún puede darse una sincronización entre sectores diferentes que llegue a beneficiar a ambos.

Hablamos del sector hotelero y del laboral, específicamente referido en este último caso a las perspectivas de quienes deben pagar un piso en alquiler. Tras la generalización del teletrabajo desde comienzos de año, son muchos los empleados que han visto cómo se desligaba de su puesto de trabajo la localización física de su residencia.

Algunos han optado, en algunos casos, por buscar nuevas residencias alejadas de los centros urbanos o en localidades con un nivel de vida más asequible. Algo que ha potenciado un mercado inmobiliario tanto de compraventa como de alquiler.

El hotel-vivienda

Pero igualmente hay quien ha explorado una opción alternativa, poco usual incluso ahora y que puede retrotraernos a décadas atrás, cuando algunos actores, escritores y artistas ponían en práctica una costumbre hoy poco común: vivir en hoteles.

En un contexto como el presente, con limitaciones a la movilidad entre municipios y con el turismo bajo mínimos, el sector hotelero ha sabido adaptarse ofreciendo precios muy competitivos para estancias de larga duración, de manera que vivir en un hotel ya empieza a ser competitivo con vivir de alquiler en algunos casos.

Cadenas hoteleras que ofrecen estancias mensuales con precios que arrancan desde los 19 € diarios y rondan los 500 € mensuales. Servicios en los que está incluida la limpieza semanal de la habitación, plaza de aparcamiento, conexión a Internet de banda ancha y de seguridad certificada, café y te gratis durante todo el día en la cafetería del hotel, y para quienes deban mantener actividades profesionales presenciales, salas específicas en el hotel para reuniones, presentaciones y videoconferencias a precios especiales.

La habitación-oficina

Algunas cadenas, como B&B Hotels, disponen de distintos establecimientos en España y Portugal donde adoptar esta modalidad de alojamiento mensual que supone una evolución sobre otra alternativa: la habitación-oficina. Este recurso surgió en los primeros compases del confinamiento, cuando muchos profesionales que se vieron obligados a trabajar desde casa no contaban en sus domicilios con unas instalaciones adecuadas para continuar con tu desempeño profesional.

Algunos hoteles establecieron precios por hora para que sus habitaciones, en lugar de como alojamiento nocturno, pudieran utilizarse como ubicación laboral (diurna o vespertina), en algunos casos tan solo durante algunas horas, las necesarias para poder afrontar en un espacio distinto del doméstico las obligaciones profesionales.

La casa en la mejor habitación

Conscientes de la necesidad, aún más en estos casos, de que el cliente se sienta como en casa, los hoteles que ofrecen esta solución residencial de estancia prolongada, reservan para tal fin sus mejores estancias, suites espaciosas que diferencian el espacio de descanso y el de trabajo. añadiendo además dotaciones como WiFi de la más alta calidad con seguridad certificada, conscientes de la alta exigencia de sus ocupantes.

Por precios en torno a 500 € mensuales, con limpieza semanal y plaza de aparcamiento, además de poder añadir, previo pago de su importe, muchas más opciones de servicio de habitaciones o de prestaciones incluidas entre los servicios del hotel.

Teletrabajo itinerante

Esta opción incluso abre otra posibilidad: vivir cada mes en una ciudad distinta.

Cuando se diluye la obligatoriedad de estar sujeto a una ubicación geográfica distinta, el teletrabajo puede permitir que el “piso” de alquiler no solo no esté siempre en la misma localidad sino que, al apoyarse en una alternativa como esta de vivir en un hotel, cada mes (o cada estación del año) el cliente puede desplazarse a otra ciudad y alojarse allí en un nuevo hotel.

Es evidente que se trata de una alternativa que puede resultar inviable para muchos, especialmente quienes tengan hijos en edad escolar a quienes no pueden desplazar de manera itinerante por la península. Pero hay un número nada despreciable de trabajadores, profesionales y autónomos cuyo trabajo haya quedado desligado de la rutina del diario desplazamiento a una oficina, que sólo de manera muy puntual sea necesaria su participación presencial. Que además no tengan vivienda en propiedad y les baste con un apartamento para poder vivir con comodidad.

Si además viven en pareja y esta dispone de similares condiciones laborales puede ser una opción para pasar unos meses trabajando y viviendo de una manera distinta.