Delaware, paraíso tecnológico… y fiscal

Si se piensa en las sedes de las principales empresas del sector TIC, seguramente vengan a la cabeza las soleadas localidades del Silicon Valley californiano, como Palo Alto o Santa Clara. Pero realmente, muchas de estas compañías están inscritas muy lejos de allí, en el pequeño estado de Delaware.

Situado al norte de la costa este de los Estados Unidos, Delaware es el segundo estado más pequeño del país, sólo por detrás de Rhode Island. Pero lo que hace realmente característico a Delaware es que, a pesar de que su población apenas supere los 850.000 habitantes, aloja la sede de más de 200.000 empresas.

La explicación es sencilla: el pequeño estado es un paraíso fiscal en toda regla. A pesar de que Delaware no aparezca así designado en las listas oficiales de la OCDE, su escasa regulación y los beneficios fiscales que ofrece han provocado que se convierta en un sugerente anfitrión para toda empresa.

El secreto del pequeño estado norteamericano reside en la combinación de unas leyes flexibles junto a la exención de cierto tipo de impuestos. Básicamente, las autoridades de Delaware no gravan los beneficios que obtienen las empresas fuera del estado. Además, la legislación estatal permite que las empresas no estén obligadas a operar físicamente en los Estados Unidos. De hecho, los tribunales de Delaware suelen llevar a cabo una interpretación “favorable” para las empresas.

Las compañías suelen funcionar en Delaware como sociedades limitadas (Limited Liability Company, LLC). A la hora de la constitución de la sociedad no se suele exigir un capital mínimo, se precisa sólo un fundador y no están permitidas las acciones al portador.

Las empresas que se deciden por este pequeño estado tampoco tributan sobre las ventas, el patrimonio o incluso sobre sus bienes inmuebles. Además, las empresas en manos de extranjeros no residentes en el país pueden librarse del Impuesto de Sociedades. Denominado como offshore, este fenómeno se caracteriza por la ubicación de las empresas en lugares en los que, como en este caso, gozan de evidentes ventajas fiscales.

Destino para el sector TIC

Delaware se está convirtiendo en uno de los destinos favoritos para las empresas tecnológicas. Muchas de ellas tienen su domicilio en él, aunque desarrollen su negocio o tengan sus principales instalaciones en otro lugar.


Son atraídas principalmente por las exenciones fiscales, aunque el fomento de las nuevas tecnologías por parte de su gobierno es también un buen aliciente. Además, su ubicación es excelente, ya que Delaware se encuentra próximo a cuatro grandes metrópolis, Nueva York, Philadelphia, Baltimore y Washington DC. Compañías de la talla de HP, Intel, AMD, Google, Amazon.com, Oracle o 3M ya se han decidido a aprovechar las ventajas que les ofrece el pequeño estado norteamericano.

De hecho, la Oficina de Desarrollo Económico de Delaware (DEDO) asegura que el estado se encuentra entre los cinco con mayor número de patentes y tiene la segunda concentración más alta de científicos e ingenieros de los Estados Unidos.

Consciente de las posibilidades que Delaware ofrece a las empresas innovadoras, su gobierno promueve el desarrollo a través de la innovación. Un ejemplo es el Parque Tecnológico de Delaware, que tiene como principal objetivo desarrollar la economía mediante las nuevas tecnologías.

Las tres áreas que se desarrollan en el parque son de importancia para la economía del estado: la biotecnología, la tecnología de la información y el desarrollo de nuevos materiales. Además, el Parque Tecnológico de Delaware funciona como focalizador de los esfuerzos en materia de innovación por parte del Gobierno y del mundo académico y empresarial.

El sector de las nuevas tecnologías es una parte vital de la economía de Delaware. El pequeño estado se encuentra estratégicamente ubicado en el llamado “corredor tecnológico del noreste”, donde se encuentran muchas de las empresas innovadoras más importantes del país. De hecho, según datos del Departamento de Comercio de los EE UU, en 2007 el estado de Delaware obtuvo unos ingresos procedentes de las exportaciones del sector TIC de 562 millones de dólares, lo que se traduce en un incremento del 111% en relación al periodo 2003-07.