La digitalización es clave para la competitividad empresarial, pero la falta de talento especializado en tecnologías de la información y la comunicación (TIC) supone un desafío para las empresas en España. Según datos de la Unión Europea, solo el 4,4% de los trabajadores en el país son especialistas en TIC, una cifra que está lejos del objetivo del 10% fijado para 2030. Esta carencia ralentiza la innovación y limita el potencial de automatización de las empresas.
A pesar de este déficit, un informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) revela que el 74% de los empleados en España utiliza herramientas informáticas en sus tareas diarias, lo que indica que la mayoría de la fuerza laboral cuenta con competencias digitales básicas. Este contexto abre la puerta a soluciones como el low-code y el no-code, que permiten crear aplicaciones sin necesidad de conocimientos avanzados en programación.
La consultora Gartner estima que, para 2026, el 80% de los usuarios de herramientas low-code no pertenecerán a los departamentos de TI y que el 75% de las grandes empresas ya estarán utilizando este tipo de soluciones. Esto demuestra el impacto de estas plataformas en la transformación digital de las compañías.
Según Liferay, proveedor de soluciones de experiencia digital, las empresas deben asegurarse de que las plataformas low-code o no-code cumplan con ciertos requisitos clave para maximizar su potencial. Entre ellos, destacan la necesidad de herramientas nativas con seguridad integrada, flexibilidad para integrarse con otras tecnologías, independencia del proveedor y escalabilidad para soportar el crecimiento empresarial.
“La filosofía low-code o no-code democratiza el acceso al desarrollo de soluciones digitales”, afirma Beatriz Escobar, directora de ventas para España y Portugal de Liferay. “Permite a las empresas aprovechar el potencial de sus empleados, independientemente de su formación técnica, para impulsar la innovación y la transformación digital desde dentro”.
El uso de estas plataformas se perfila como una respuesta eficaz para superar la escasez de talento especializado, permitiendo que los empleados sin conocimientos en programación contribuyan activamente a la digitalización y automatización de procesos en sus empresas.
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