El caso WikiLeaks y otras grandes filtraciones de información de la última década

La década que dejamos atrás arrancó con la publicación de documentos diplomáticos y terminó con grandes incidentes como los de Cambridge Analytica y Facebook.

La década que ha quedado atrás con el estreno de este año 2020 ha vivido grandes filtraciones de datos y ataques informáticos.

De hecho, la compañía rusa Kaspersky sentencia que “los acontecimientos relacionados con los ciberataques, las brechas de datos personales y los ataques informáticos a empresas o instituciones han pasado de ser noticias puntuales a titulares de los periódicos casi a diario”. De hecho, “si en 2010 los robos de datos eran sólo noticias ocasionales, hoy nos enteramos de un nuevo caso cada semana”, destaca David Emm, investigador jefe de seguridad.

Hoy, con la celebración del Día de Internet Seguro, la propia Kaspersky ha publicado una lista con “los mayores ataques de los últimos 10 años”.

Esta lista la abre el caso de WikiLeaks, que arrancó en noviembre de 2010 con la publicación de más de 250 000 documentos diplomáticos.

La atención en abril de 2011 se la llevó Sony PlayStation Network tras conocerse una brecha que afectó a nombres, correos electrónicos y otros datos de unos 77 millones de personas. En 2012, concretamente en agosto, fue Dropbox quien sufrió un ataque que resultó en la exposición de los correos y las contraseñas de más de 68 millones de usuarios después de que un empleado se conectase con su contraseña profesional en LinkedIn, cuando esta red social habría sufrido meses atrás un ataque. Y en diciembre de 2013, en plena campaña navideña, Target fue el objetivo de malware PoS que provocó 70 millones de víctimas, entre ellas 40 millones a las que robaron los datos bancarios.

Meses después, en mayo de 2014, eBay pedía a sus 145 millones de clientes que modificaran las credenciales de acceso tras sufrir un ciberataque. El incidente había tenido lugar entre febrero y marzo.

Con vinculación directa a las elecciones estadounidenses, la información de 191 millones de votantes (o de 6 de cada 10 habitantes del país norteamericano) quedó expuesta por un error de una firma de marketing contratada por el Comité Nacional Republicano para la campaña de Donald Trump. Entre esa información se incluían aspectos como afiliaciones políticas, religión y posicionamiento en cuestiones controvertidas.

Uno de los grandes robos de datos de la historia sucedió en 2016. En noviembre se conoció la filtración de más de 412 millones de cuentas del sitio para adultos Friend Finder, que acabaron en el mercado negro.

Un año más tarde, en noviembre de 2017, se supo que decenas de millones de personas se habían visto afectadas por un ataque a Uber, que decidió pagar 100 000 dólares a los hackers para eliminar la información robada y mantener el incidente en secreto. Esto en realidad había sucedido casi un año antes e impactó a nombres, correos y números telefónicos de clientes en todo el mundo, así como a información personal de 7 millones de conductores.

La sombra de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 llegó hasta 2018. En marzo saltó el caso de Cambridge Analytica, que subrayaba la importancia de los datos para la propaganda política. Esta empresa de análisis trabajó con el equipo de Trump y usó sin su consentimiento la información de 50 millones de perfiles de Facebook, tal y como recuerda Kaspersky, para trazar patrones de comportamiento.

El año pasado, en marzo, Facebook volvió al ojo del huracán por la exposición de unos 419 millones de números de teléfono y de identificación de usuarios, almacenados en un servidor no protegido por contraseña.