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Algo así como a principios de año Internet se llenó de noticias que anunciaban un hecho alarmante: las direcciones IP se acabarían en unos meses. Para quien se quedase en la superficie del titular (e incluso para quien profundizase en según qué texto) no era difícil imaginar un día en el que de pronto Internet se apagase o, por lo menos, no pudiesen nacer webs nuevas. Pero los meses pasan y todo parece seguir igual. ¿Es esto así? No: Internet sí está en un momento de transición y, si bien las visiones de un apagón o estancamiento mundial son poco realistas, sí hay ciertas medidas que es necesario tomar. Y algunas grandes de Internet como Google, Facebook o Yahoo! realizan hoy una gran prueba con la celebración del Día Mundial del Ipv6.

Las preguntas empiezan entonces a sucederse: ¿qué es el Ipv6? ¿en qué consiste la “celebración” de su Día Mundial? ¿En qué consiste la transición en la que se encuentra internet?

Un poco de historia: del Ipv4 al Ipv6

Para entender bien en qué consiste el Día Mundial del Ipv6 es necesario retroceder unos años, hasta los 70, cuando nació Internet y, con él, las direcciones IP (Internet Protocol). Como tan solo se esperaba que fuesen algunas instituciones las que se conectasen, las direcciones eran de 8 bits, lo que daba un total de 256 direcciones. Cuando esa comunidad creció, se pasó a los 32 bits, con lo que había cabida para más de 4.000 millones de direcciones. Se trataba del Ipv4 (Internet Protocol version 4) y parecía más que suficiente.

Por supuesto, cuando la world wide web se introdujo en los 90 y cuando esta empezó a extenderse y popularizarse a velocidad de vértigo por todo el mundo, científicos e investigadores no tardaron en darse cuenta de que las direcciones IP acabarían por quedar escasas y que era necesario empezar a trabajar en un nuevo protocolo. Ya a mediados de los 90 se empezó a hablar de y a desarrollar el Ipv6. Y a pesar de haber empezado tan pronto, a día de hoy la situación está lejos de ser lo que debería: la implementación del Ipv6 va muy retrasada.

¿Por qué es esto así si hace ya quince años que se sabía que esto iba a pasar? Como pasa muchas veces en estas cosas, fue una mezcla de falta de previsión, organización y entendimiento: se trataba de un proyecto y un problema tan a largo plazo que pocos veían la necesidad de hacerlo porque, sobre todo, era un proceso caro cuyo beneficio no estaba claro de dónde podía salir. Además, no hubo ayudas, ninguna fórmula mágica (tipo el world wide web) que convirtiese el Ipv6 en algo popular, y las organizaciones internacionales de estándares se tomaron las cosas con demasiada calma.

La transición al Ipv6: ¿qué falta por hacer?

¿Qué significa en realidad tener que pasar del Ipv4 al Ipv6? Se trata de un cambio de direcciones IP de 32 bits a 128 bits, para el que una gran parte de la infraestructura de internet tendrá que ser actualizada. ¿El problema? Ya no hay tiempo para migrar todo Internet de un protocolo a otro, por lo que de momento se está optando por pequeñas soluciones temporales que, si bien mitigan los efectos negativos del fin de las direcciones Ipv4, no hacen más que posponer el momento de tener que enfrentarse al problema.

Y una de las dificultades principales a la hora de realizar la transición es precisamente poner de acuerdo a todos los agentes afectados. Los usuarios permanecerán (es de esperar) ajenos a toda la actividad que está teniendo lugar tras sus redes, pero el resto, desde proveedores de Internet a compañías web como Google, pasando por fabricantes de software y hardware, todos tienen tarea que hacer.

El Día Mundial del Ipv6: ¿qué pasa hoy?

Todo esto acaba desembocando en la celebración del Día Mundial del Ipv6 que tiene lugar hoy, y que es en realidad la primera gran prueba del nuevo protocolo. En un acto casi inédito de coordinación, compañías como Google, Facebook, Yahoo!, Limelight o Telefónica se han puesto de acuerdo para activar durante 24 horas el acceso a sus contenidos a través de Ipv6. ¿El objetivo? Ver si están preparados para el cambio, realizar una evaluación exhaustiva y monitorizar errores para que cuando la transición definitiva tenga lugar nada falle.

Los usuarios, mientras tanto, no tienen demasiado que temer. Durante las 24 horas que dure la prueba, el Ipv4, el protocolo actual, no será desactivado, por lo que seguirá siendo posible acceder a Internet por la vía tradicional. Y, por otra parte, la mayor parte de los sistemas operativos están ya listos para soportar el Ipv6 (desde Mac OS X 10.2 o Windows XP SP 1). El problema, eso sí, podría estar en los routers, pero como el Ipv4 seguirá funcionando normalmente, tampoco debería afectar.

Una vez que termine la prueba se volverá a desactivar el Ipv6 y tocará hacer balance. ¿Cómo ha ido? ¿qué ha funcionado y qué ha fallado? Las cábalas empezarán entonces a dibujar fechas en el horizonte. De momento nadie se atreve a vaticinar cuándo podrá tener lugar la transición definitiva y cuánto. Pero quizá a partir de mañana las cosas cambien y la niebla sobre el Ipv6 empiece a disiparse. Solo hay una cosa clara: el problema no puede continuar siendo pospuesto. Porque, si se sigue retrasando el momento de la transición, entonces sí se correría el peligro de llegar a una situación en la que el usuario final se diese cuenta. Y eso es algo que nadie quiere.