El futuro de LinkedIn: una bola de cristal propia y servicios a medida

La red social profesional quiere analizar los comportamientos de sus usuarios para anticiparse a las demandas del mercado y ofrecer soluciones de talento.

Los padres de Sarah Harmon decidieron mudarse de Florida a Oklahoma cuando ésta apenas tenía 10 años. Lo hicieron además en la mitad del curso escolar, por lo que la adaptación de la pequeña Sarah fue aún más complicada.

Por si fuera poco la profesora la obligó a recitar un poema ante todo el colegio. Lo hizo probablemente con la mejor de las intenciones, la de integrar a Sarah en el nuevo entorno, pero el resultado fue el contrario. “Subí al escenario, me quedé en blanco y me puse a llorar. Esto me ha marcado de por vida”.

Sara Harmon es ahora la máxima responsable de LinkedIn para el mercado Iberia. Esta historia que nos cuenta está muy ligada a su vida profesional, explica. “En redes sociales también hay miedo a la exposición”, y en especial en España, donde hay además un componente cultural. “A los españoles no les gusta destacar”.

Pero en un contexto definido por lo digital, esto debe cambiar. “En LinkedIn tienes que aprender cómo venderte”, de esto depende gran parte del éxito profesional.

La ejecutiva, que ha participado en la sesión Digital Kloud que ha inaugurado hoy la agencia Kreab, considera que somos “una conexión de datos” y que “vamos dejando huella digital” que hay que aprender a gestionar.

Esto es especialmente importante en las redes profesionales, muchas veces escaparate de uno mismo en el mundo laboral. Por eso, explica, LinkedIn está vertiendo muchos esfuerzos en proporcionar un servicio de calidad. “No queremos ser Facebook”, ha dicho, “queremos compartir contenido de valor”.

Una de las medidas que el equipo de LinkedIn ha tomado es en relación a los usuarios spammers. Si detectan a personas que hacen un “mal uso” de la plataforma y que bombardean con correos a otros contactos, directamente se bloquea el acceso a LinkedIn. Y volver a ser admitido, dice, no es sencillo. “Somos un poco radicales”, ha advertido.

Predecir las necesidades para después cubrirlas

Con 400 millones de usuarios activos, LinkedIn ya se ha marcado un ambicioso objetivo de futuro: convertirse en un agregador de oportunidad económico. Esto, hablando en plata, significa vincular la oferta y la demanda para crear una oportunidad económica.

Una vez más, los fundamentos de Big Data como base: se trata de analizar los datos y crear patrones de comportamiento para anticiparse a ello. “Podremos decir a una escuela de negocio los perfiles que más se demandarán o los sectores en los que falta ese talento”, ha explicado.

La compra de la plataforma de formación Lynda.com será una de las piezas clave en este camino. Con ella, LinkedIn podrá no sólo alertar de la carencia de talento en un sector determinado, sino que además podrá ofrecer directamente un curso formativo que reducirá la brecha.

LinkedIn pasará a ser un servicio de predicción de tendencias del mercado profesional con un portfolio de soluciones que respondan a las mismas.