El retail se enfrenta a unas posibles pérdidas de 2,9 billones de euros

El retail se enfrenta al reto implantar soluciones de comercio unificado y de personalización, que hagan la experiencia de compra más satisfactoria.

La transformación digital es esencial para el sector del retail que ve cómo la tecnología se presenta como su gran aliado para mantener su competitividad que, según la plataforma de pagos Adyen, podría estar en peligro.

Y es que según el informe Informe Adyen sobre el Retail 2019, este sector podría sufrir unas pérdidas potenciales de 2,9 billones de euros a nivel mundial debidas, por un lado, a ingresos perdidos (2,2 billones de euros) por fallos o circunstancias que suponen un impedimento a la conclusión del proceso, y -por otro- a la pérdida de oportunidades de venta por la ausencia de opciones de comercio unificado (700.000 millones de euros).

Para paliar esta situación, la compañía establece dos prioridades básicas a las que los retailers deben hacer frente: implantar soluciones de comercio unificado y de personalización, que hagan la experiencia de compra más satisfactoria y sin fricciones.

¿Tienda física u online?

Precisamente, el informe de Adyen muestra que todavía son más los compradores fieles a la tienda física (un 37%) frente a los que prefieren la compra online (32%).

Sin embargo, uno de los principales motivos por los que los compradores no finalizan su compra en la tienda física suele ser la falta de stock: no disponen del producto en la talla, color o modelo deseado. Nueve de cada diez compradores han decidido abandonar una tienda sin comprar por este motivo en los últimos seis meses, lo que se traduce en unas pérdidas de ingresos de 419.252 millones de euros a nivel mundial.

Así, la importancia de implantar soluciones de comercio unificado como habilitar opciones para que los compradores pudieran comprobar online la existencia de stock antes de desplazarse a la tienda, algo que el 51% de los encuestados afirma que incrementaría su lealtad con la marca.

La forma de pago es otro de los obstáculos del retail, según el informe que muestra que 7 de cada 10 compradores prefiere irse sin comprar a esperar en la línea de caja para pagar su compra, lo que resulta en unas ventas perdidas de 322.011 millones de euros al año.

En este mismo sentido, cuando se pregunta a los consumidores qué les animaría a comprar más, casi un tercio admite que pagar automáticamente sin esperas sería su ideal. Y el 41% afirma que no tener que esperar colas les animaría a repetir la experiencia de compra.

Esto demuestra que los retailers que priorizan la eficiencia e implementan sistemas que eliminan las colas (como los kioscos de pago o los terminales punto de venta móviles) pueden conseguir mayores beneficios en términos de tráfico de usuarios, ventas y lealtad de los clientes.

En contraposición, el informe de Adyen muestra cómo la mayoría de los retailers se muestran lentos a la hora de implementar estas tecnologías: solo uno de cada cuatro ofrece terminales punto de venta móviles (mPOS), y solo el 27% dispone de kioscos o cajas de autopago.

El comprador español

Cada vez más exigentes pero también más tecnológicos. De acuerdo con Adyen, los compradores españoles estamos muy avanzados tecnológicamente hablando, ya que somos junto a los italianos los que disponemos en mayor porcentaje de smartphone, un 98%.

Nos siguen Singapur y Brasil, con el 96% de usuarios con móvil inteligente. Y también somos los primeros en poseer una tablet (el 81% de los encuestados), a gran distancia de Italia y Hong Kong (73%). Según el Global Unified Commerce Forecast de 451 Research, el móvil acabará eclipsando al ordenador en volumen de transacciones a nivel mundial este año.

“Los compradores están más conectados que nunca, y piden a los retailers niveles más elevados de sofisticación y mejoras en las experiencias que les proporcionan”, explica Juan José Llorente, Country Manager de Adyen España.

“Por tanto, para seguir siendo competitivos, los retailers deben centrarse en mejorar la experiencia y colocar al comprador en el centro de cada interacción, asegurándose de que el proceso de compra es coherente sin importar el canal de venta”, añade Llorente.