El reto de la domótica: ¿están lejos las smarthomes?

La ciencia ficción lleva años mostrando un futuro que ya debería estar aquí, el de los hogares inteligentes (smarthomes), en el que casi todo está automatizado y conectado. El potencial de este mercado no ha sido tampoco olvidado por las principales compañías tecnológicas, y quien más quien menos todas tienen sus grandes proyectos en cartera. No obstante, al echar un vistazo a los hogares de la actualidad, decepcionarse es muy sencillo: excepto pequeños avances y algunas excepciones, todo sigue igual.

¿Cuál es el problema? ¿Por qué los smarthomes no son tan habituales ya como los smartphones? La pregunta surge con fuerza además al saber que el problema no puede ser de base tecnológica, ya que la tecnología está ya varios pasos más allá de las principales ideas domóticas. Es posible construir hogares inteligentes, y sin embargo en la realidad se hace con muy poca frecuencia. Y compañías como Google, Cisco o Microsoft, interesadas en hacerse con el mercado, parecen dedicarse a dar palos de ciego sin lograr cambiar la situación.

De hecho, en los últimos meses las tres compañías abortaron varios proyectos relacionados con los hogares inteligentes, dejando claro que, si bien es un mercado que interesa, todavía no está muy claro por dónde empezar. ¿Es más importante el software o el hardware? ¿Es posible ir a por el consumidor final o es más útil apostar por arquitectos y constructores? Tras un largo y tortuoso camino se ha alcanzado la puerta de la domótica, pero de momento nadie encuentra las llaves.

Ensayo y error: proyectos cancelados

Aprovechando el silencio y el menor impacto mediático que tienen las noticias durante el mes de agosto, Cisco inició de forma sigilosa su retirada hace dos semanas: tras haber invertido en la startup Control4 por su software de gestión del consumo de energía, anunciaba que no iba a continuar intentando desarrollar dispositivos para los hogares inteligentes, concentrándose más bien en el lado de las redes. Cisco, no obstante, no era la primera compañía que abandonaba este tipo de planes ambiciosos.

Unos meses antes Google y Microsoft habían abandonado también sus proyectos relacionados con la gestión de la energía en los hogares. El producto de Google se llamaba Powermeter y permitía a los usuarios monitorizar la energía que se utilizaba en sus casas, pudiendo así reducir su uso aspirar a una mayor eficiencia energética. No obstante, el pasado mes de junio, menos de dos años después de su nacimiento, Google cerraba de forma oficial la aplicación. ¿La razón? La poca acogida entre los usuarios.

Una semana después de la muerte de Powermeter, fue Microsoft la que decidió también acabar con su producto de gestión de energía Hohm, y anunció que a la plataforma le quedaban tan solo unos meses de vida: en mayo de 2012, por “no encajar con el modelo de negocio” de Redmond, Hohm dejará de existir.

Los obstáculos: precio y consumidores

Al buscar las razones por las que un mercado como el de la domótica, que a priori lo tendría todo para triunfar (tecnología suficientemente desarrollada y una utilidad clara), no acaba de arrancar, ganan principalmente dos causas directamente relacionadas: convertir una casa normal en un hogar inteligente es un proceso caro, lo que ha frenado hasta ahora la adopción por parte de los usuarios.

Las soluciones ofrecidas por las compañías TIC necesitan en este ámbito ser globales: ¿de qué sirve que el iPad tenga un software para controlar las luces de la casa si las luces son de la era de los interruptores? E invertir en esa instalación que posibilite el llamado Internet de los Objetos no es algo al alcance de todos los consumidores, además de no ser visto como una inversión realmente necesaria.

La opción que les quedaría a las firmas TIC es la de ir a por constructores y arquitectos para que los hogares de nueva construcción incluyan la posibilidad de ser conectados, de forma que al consumidor final le resulte casi hasta necesario adquirir el software necesario para controlar su nueva casa inteligente. Eso, y tener mucha paciencia hasta que los usuarios empiecen a ver los smarthomes como algo imprescindible (como pasó en su momento con los smartphones).

La investigación continúa: Android Home y las patentes de Apple

¿Significa todo lo anterior, el hecho de ir abandonando proyectos y la lentitud con la que se mueve el mercado, que las firmas estén tirando la toalla? Nada más lejos de la realidad, como muestra el hecho de que las dos principales compañías TIC, Google y Apple, continúen trabajando y desarrollando sistemas de domótica para cuando el mercado madure.

La última idea de Google es Android Home, un sistema presentado en la última conferencia Google I/O todavía bastante en pañales, pero del que se mostraron ya algunas funciones como la posibilidad de hacer que las luces de la habitación se muevan al ritmo del videojuego al que se esté jugando o que el reproductor de Cds reconozca el disco que está sonando y lo añada directamente a la librería.

Apple, por su parte, también parece estar trabajando en el tema, como muestran un par de patentes registradas hace unos meses que apuntan a un sistema de gestión de la energía. Además, Apple TV parece estar pensado para ser el centro de un hogar conectado e inteligente en el que todos los objetos hablan entre ellos.

La puerta de la domótica continúa de momento cerrada, pero tras mucho buscar en los bolsillos parece que los dedos ya tocan el metal de las llaves. Las compañías TIC están listas para entrar en el mercado, solo falta saber cuándo lo harán los consumidores. La realidad de los hogares inteligentes soñada por la ciencia ficción está cada vez más cerca.

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