El sector de la fabricación apuesta por la sostenibilidad por motivos normativos

Las áreas ya priorizadas por los fabricantes son el tratamiento de aguas y desechos y el seguimiento de emisiones de carbono.

El objetivo de ser más sostenibles y eficientes energéticamente, producir menos residuos y contribuir al cuidado del medioambiente se ha convertido en una máxima para la industria tecnológica en los últimos años.

Las medidas que se tomen ahora marcarán el futuro, incluso a nivel laboral. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo, hay 80 millones de puestos de trabajo en riesgo si las temperaturas siguen subiendo a raíz del cambio climático. Esta información es recogida por la compañía de soluciones en la nube IFS que ha elaborado un estudio sobre sostenibilidad y economía circular en el sector de fabricación junto a los analistas de Omdia.

Esta investigación constata que los problemas medioambientales ocupan un lugar destacado en la agenda de las compañías y que la industria de fabricación está intentando evolucionar hacia un enfoque más respetuoso. Lo hacen, sobre todo, por una cuestión de cumplimiento normativo, pero también existe la presión del riesgo empresarial y la motivación de los incentivos financieros y las reducciones de impuestos.

Las áreas que ya han sido priorizadas por los fabricantes son las de tratamiento de aguas y desechos en un 43 % de los casos y el seguimiento de emisiones de carbono en otro 40 %. “Otra de las grandes preocupaciones para las empresas de este sector y, por lo tanto, una de sus principales áreas de inversión para el corto medio plazo, son los materiales y embalajes sostenibles”, revela Juan González, Country manager de IFS Iberia.

Además, el 12 % de los fabricantes ha implementado la economía circular como enfoque corporativo y un 80 % cuenta con procesos piloto. Las empresas que más han avanzado en este sentido son las químicas y las del sector alimentación y bebidas.

La propia economía circular se convertirá en un apoyo de la estrategia sostenible. Otros beneficios que contemplan las organizaciones son el aumento del compromiso con el cliente (74 %) y una protección medioambiental mejorada (74 %).

En cuanto a las barreras más importantes que todavía entorpecen la inversión de las compañías en sostenibilidad, destacan la gestión descentralizada de la responsabilidad empresarial (21 %), las infraestructuras heredadas (18 %) y el coste que suponen estas iniciativas (17 %).