El teletrabajo obliga a los directivos a esforzarse más

La nueva situación derivada del teletrabajo supone un reto en toda la jerarquía laboral, incluyendo los directivos, que no permanecen ajenos a la transformación digital.

El cambio de modelo productivo que se ha ido implantando en rápida progresión con la generalización del teletrabajo está presionando con mayores exigencias a los directivo, que se ven obligados a esforzarse más que antes de tener que amoldarse al omnipresente trabajo a distancia.

Así lo atestiguan estudios provenientes de distintas fuentes. Uno de ellos es la referencia en consultoría Boston Consulting Group, otro la página web Glassdoor, especialista en valoración de empresas por sus empleados y el último sería el Chartered Management Institute británico.

La conclusión tras examinar los estudios efectuados por las tres instituciones permite definir la situación como de extrema exigencia para los directivos, sometidos a una elevada presión desde que el paradigma se ha transformado merced al confinamiento, el teletrabajo y las nueva relaciones laborales y empresariales.

La nueva realidad laboral

La modificación más evidente tiene que ver con la reducción (en algunos casos, eliminación) del tiempo de trabajo en la propia sede de la empresa. Los empleados han pasado a trabajar desde casa si no toda la jornada laboral al menos gran parte de ella. De aquí se derivan beneficios para los empleados que ganan en calidad de vida al evitarse los tiempos de desplazamiento, lo que en algunos casos según estos estudios incluso mejora su estado de ánimo y moral.

El reparto de la jornada laboral se ha extendido, con un 70 % de empleados examinados por estos estudios mostrando su predilección por esta modalidad mixta. Un 26 % prefieren la jornada completamente a distancia y apenas un 4 % prefiere regresar al trabajo completamente presencial en el centro de trabajo.

Retos para los directivos

Pero por encima quedan los directivos, un núcleo duro en la organización que no siempre dispone de la máxima flexibilidad para adaptarse al teletrabajo, con lo que podrían quedarse fuera de algunos de los beneficios de poder armonizar el trabajo con la vida personal y familiar. Entre otras cosas, junto al mantenimiento de las responsabilidades habituales, ahora se enfrentan con la organización y mantenimiento de los grupos remotos en que deben organizarse los empleados.

La exigencia de mantener la coordinación habitual se combina con algunas de las responsabilidades previas que en su caso no decaen. Si bien la mayor parte de la fuerza laboral en grandes organizaciones puede haber quedado apartada de la rutina del trabajo presencial muchos directivos deben compaginar el teletrabajo con la supervisión personal de algunas instancias.

Al mismo tiempo la exigencia de preparación del trabajo a distancia hace que algunos directivos, con amplia experiencia en dirección de equipos y estrategia organizativa, no siempre sean los más capacitados para manejarse con habilidad en el terreno del teletrabajo y deban hacer frente a un reto múltiple que les exige un mayor esfuerzo.

En busca del (tecnológicamente) más preparado

En paralelo se está produciendo un proceso de exigencia en cuanto a las habilidades requeridas por los empleados: se valora cada vez más la preparación tecnológica y la capacitación que permita efectuar la mayor proporción de tareas en modo telemático. Esto produce una evolución en el escalafón laboral que va dejando descolgados a quienes presentan una peor cualificación en esto apartados.

Una circunstancia que muchos trabajadores con escasa cualificación están aprovechando con innumerables formaciones online para mejorar su preparación. Con esto buscan acceder a puestos de trabajo que cada vez inciden más en esto aspectos. Por elevación, también empujan a los directivos a mejorar no ya el manejo de las herramientas necesarias para este nuevo paradigma de trabajo a distancia sino para organizarlo y liderarlo.

 

 

Splitting the week between the home and the office is also overwhelmingly popular with workers: 70% of those surveyed wanted such a combination, 26% wanted to stay at home and just 4% desired a full-time return to the office. Perhaps as a consequence, remote work has not dented productivity—and indeed improved it in some areas. Flexible work schedules can be a cheap way to retain employees who have child-care and other home responsibilities.