El polvo interestelar puede funcionar como un organismo vivo

La vida en la Tierra es orgánica. Está compuesta de moléculas orgánicas, compuestos de carbono. La idea de que las partículas de polvo inorgánico pudiesen tener vida propia parecía alienígena, algo de la ciencia ficción.

Sin embargo, un equipo internacional de científicos ha descubierto que con las condiciones apropiadas, esas partículas de polvo inorgánico pueden organizarse en estructuras helicoidales. Estas estructuras pueden después interactuar entre ellas igual que lo hacen los compuestos orgánicos y la propia vida.

El equipo responsable de este descubrimiento está formado por físicos de la Academia de Ciencias de Rusia, miembros del Instituto Max-Planck en Alemania y la Universidad de Sydney. Este grupo de científicos ha estado estudiando el comportamiento de los materiales inorgánicos en plasma. El plasma es el cuarto estado de la materia, después del sólido, el líquido y el gaseoso que todos conocemos, en el que los electrones se desintegran dejando atrás una miasma de partículas cargadas de electricidad.

Hasta ahora, los físicos asumían que no podía haber organización en este tipo de partículas. Sin embargo, el equipo ha demostrado que, utilizando un modelo computerizado de dinámicas moleculares, las partículas en su estado de plasma pueden auto organizarse ya que las cargas eléctricas se separan y el plasma se polariza. Más aún, la organización helicoidal que experimentan es similar a la del ADN y las proteínas.

En opinión de los científicos, el espacio reúne las condiciones adecuadas para que estas reacciones se produzcan por lo que estaríamos hablando de partículas (el polvo interestelar) candidatas a convertirse en organismos autónomos y vivos.

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