“En España, a diferencia de EEUU, no se acaba de valorar el esfuerzo que hay que hacer para emprender”

Han participado en el programa Yuzz patrocinado por la Fundación Banesto y que tiene un claro objetivo: impulsar a los jóvenes emprendedores y favorecer la creación de empresas tecnológicas. Juntos han desarrollado ‘Nutcreatives’, una idea que quiere revolucionar e impulsar la sostenibilidad en el mercado empresarial.

“Hoy en día los temas medioambientales son a menudo planteados desde una perspectiva parcial”, dicen. Así, Alejandro Jiménez y Jon Marín han reflexionado sobre el contexto actual para los jóvenes emprendedores así como sobre lo que se encontrarán en su viaje a Silicon Valley. Este ha sido el premio a su talento.

– ¿Cómo surgió la idea del proyecto Nutcreatives?

Nutcreatives surge a partir de la colaboración de un ambientólogo (Jon Marín), y un diseñador industrial (Àlex Jiménez), en varios proyectos puntuales para presentar a varios certámenes de diseño. A partir de ir trabajando juntos, y de obtener un feedback muy positivo por nuestros trabajos en común, nos dimos cuenta de lo interesante que era combinar sostenibilidad y diseño (lo que vendría a ser la combinación de design thinking y sistemic thinking) para hacer productos más responsables con el entorno. Tras organizar nuestras ideas decidimos presentar nuestro proyecto a Yuzz, iniciativa que promueve la Fundación Banesto con el objetivo de impulsar y dar soporte a jóvenes emprendedores como nosotros.

¿En qué consiste exactamente?

Nuestra idea es incorporar criterios ambientales y sociales en el proceso de diseño. Los diseñadores de producto se dedican habitualmente a resolver aspectos como la funcionalidad, la estética, la ergonomía, etc. Nosotros estamos convencidos de que si además de trabajar estos aspectos se intenta mejorar los objetos desde un punto de vista ambiental y social estos objetos quedarán más cerca de la excelencia, y en eso estamos.

Además, pensamos que hoy en día los temas medioambientales son a menudo planteados desde una perspectiva parcial, es habitual caer en el discurso fácil y en soluciones de cara a la galería. Nosotros creemos que se deben plantear estrategias que hagan los productos más responsables con el entorno desde una óptica profesional, tomando decisiones razonadas y coherentes, teniendo en cuenta que los objetos forman parte de un sistema de producción complejo que repercute positiva y negativamente en muchísimas cosas a la vez.

Eso significa que dentro de nuestra manera de enfocar el diseño, tenemos en cuenta los materiales, su procedencia, la manera en cómo los artefactos se producen, dónde y quién los produce, cuánto contamina, cómo se distribuye, quiénes lo usan y de qué manera, qué pasa cuando el objeto ya no sirve y cómo se gestiona cuando se convierte en residuo. Todo ello, para hacer que su impacto negativo sea lo menor posible.

– En un entorno cada vez más exigente con el cuidado del medio ambiente, ¿cuáles son las aportaciones de la iniciativa a las empresas?

Por un lado, cada vez más empresas están viendo que el diseño de nuevos productos es un valor diferencial y un factor clave en sus procesos de innovación. Por el otro, tienen también necesidad de reforzar su política de sostenibilidad debido a nuevas normativas ambientales más estrictas, a la necesidad de desmarcarse de la competencia y a la adaptación a las exigencias y demandas del mercado.

En Nutcreatives realizamos proyectos de diseño de objetos de todo tipo, desde mobiliario de interior o mobiliario urbano hasta señalética. Nuestra principal cualidad es la de ser capaces de tener en cuenta todo el ciclo de vida de un producto: materiales, producción, uso, fin de vida útil, etc. pasando de una visión centrada en el objeto a una que considera todo el sistema que lo rodea.

El premio es un viaje a la meca tech. ¿Qué esperáis encontraros en Silicon Valley? ¿Qué creéis que os traeréis de allí?

Pues siendo como es el centro de la innovación a nivel mundial, pensamos que puede ser una experiencia que nos ayude a ver las cosas desde un punto de vista distinto, que nos enriquezca como emprendedores. Es un entorno inmejorable que ha hecho posible que muchas ideas interesantes se conviertan en empresas de éxito, y esperamos traernos buenas ideas para aplicarlas en nuestro día a día.

Además queremos comprobar qué se cuece a nivel de diseño sostenible en otras culturas y mercados para continuar creciendo y desarrollando nuestro proyecto empresarial.

¿Es España un lugar difícil para emprender?

Probablemente haya sitios mejores, es cierto, pero también peores. Hay gente válida y formada, muchísima creatividad y gente que destaca en campos muy variados. Se echa en falta quizás que se apueste un poco más por la gente joven, nuestra generación tiene muchas cosas que decir, y hasta ahora se ha tendido en confiar en los de siempre.
Además, pensamos que, a diferencia de Estados Unidos, por ejemplo, no se acaba de valorar el esfuerzo que hay que hacer para emprender, tan sólo se premia el resultado final: si tu empresa consigue el éxito, has triunfado; si, por cualquier razón (que puede ser externa a tu proyecto), la cosa no funciona, se te señala como perdedor y es posible que nadie más apueste por ti. Pocos son los que reconocen el proceso, lo conseguido y lo experimentado durante el camino que el emprendedor va recorriendo.

Tras haber dado ya los primeros pasos, ¿hacia dónde queréis enfocar vuestro futuro?

Pensamos que lo que hacemos tiene mucho potencial, ya que cualquier objeto o espacio debe ser diseñado y, por lo tanto, podemos incidir en el impacto que tienen esos artefactos en su entorno, intentado que éstos sean positivos para las personas y para el medio ambiente.

Queremos trabajar en proyectos cada vez más interesantes, colaborar con profesionales de disciplinas complementarias a las nuestras y seguir aprendiendo. Además, estamos enfocándonos también en la docencia, ya que nos interesa mucho transmitir a los que empiezan nuestra manera de ver las cosas.