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Razones para comprar un iPod shuffle en vez de un iPod nano

1) Tiene una pinza para engancharlo. Una pinza es mejor que un cordón. Te lo puedes enganchar en la manga de la camiseta, en la solapa, en la cremallera de tu chaqueta, en el bolsillo, en el lóbulo de la oreja o en la correa de los mismísimos Wiimandos.

2) Los botones no son electrostáticos. Si te has dado un paseo en invierno con tu iPod o iPod nano, habrás descubierto que es prácticamente imposible manejar la rueda con unos guantes. Con el shuffle no hay problema: sus controles no son electrostáticos, sino mecánicos, como los de toda la vida, sólo que en tamaño gigante.

3) Es diminuto. Y no te puedes hacer una idea de lo pequeñísimo que es hasta que lo tienes en las manos: un poco más grande que un sello de correos y ligerísimo, gracias a su cuerpo de aluminio. Y sí, no tiene pantalla, pero no le hace falta porque es otra filosofía diferente que el nano u otros reproductores de mayor tamaño. Aquí se trata de tener una buena lista de reproducción, según tu gusto personal en iTunes — que puede variar aleatoriamente día a día —, o una buena selección de podcasts, continuamente actualizados.

4) Es barato. Por 79 euros con capacidad para 240 canciones y una perfecta sincronización con iTunes.

5) Y lo más importante de todo: no es un zurullo de coña. Según ellos, si vas a regalar un reproductor multimedia estas navidades y quieres quedar bien, puedes regalar el que nadie quiere o el que todo el mundo quiere.

[Nota del editor: según yo mismo, cada iPod o cada reproductor tiene su público. Es verdad que por ese precio, el iPod shuffle es una auténtica gozada de reproductor — lo llevo probando varias semanas y funciona a la perfección para lo que ha sido diseñado. Sin embargo, ésa es precisamente la clave: ha sido diseñado para gente que escucha música o podcasts en periodos breves de tiempo y que no le importa no tener siempre a mano toda su discoteca. La mía es de más 60 gigabytes y me gusta tenerla siempre a mano, aunque en el último mes he estado usando en exclusiva un nano y un shuffle. Gracias a iTunes y sus listas inteligentes, alguien como yo puede sobrevivir. Habrá gente que busque otras cosas, como mayor capacidad, radio en directo y cualquier otra zarandaja. Para esa gente, el shuffle no es la mejor elección (de hecho, es más un complemento, un segundo reproductor para llevarse a cualquier parte). Sin embargo, el iPod shuffle, como regalo de navidad asequible, con diseño impecable, que funciona de maravilla y para quedar como un rey, no me cabe duda de que el shuffle es perfecto para cualquiera]