Europa pone las bases a su política sobre digitalización

La comisaria de la Sociedad de la Información y los Medios de Comunicación, Viviane Reding, acaba de presentar con Charlie McCreevy, comisario de Mercado Interior, una comunicación sobre la situación en Europa de los libros digitalizados, unas palabras con las que podrían intentar echar agua sobre la polémica con la que se ha clausarado la feria del Libro de Frankfurt.
“Si actuamos con prontitud, las soluciones procompetitivas europeas en materia de digitalización de libros podrían estar operativas antes que las que actualmente se contemplan en el marco de Acuerdo de Google Books en Estados Unidos”, ha asegurado ahora Reding.
Durante el encuentro recientemente clausurado, que reúne a los principales editores del continente, se analizó la situación de la industria frente al empuje de Google y su aplicación Books y sobre todo se asistió a la presentación de Google Library, la nueva apuesta de la compañía que crea un nuevo modelo de acercamiento al público lector gracias a un catálogo de libros digitales propio del buscador.
“Europa debe aprovechar esta oportunidad para ponerse en cabeza y garantizar que la digitalización de libros se lleve a cabo sobre la base de la legislación europea sobre derechos de autor y respetando íntegramente su diversidad cultural”, ha asegurado Reding, “con su rico patrimonio cultural, es la que más tiene que ofrecer y que ganar en dicha digitalización”.
Por ello, la Unión Europea ha establecido unas directrices de actuación de cara al futuro inmediato con las que intentará proteger los derechos de todos los actores en el paso hacia la nueva generación de productos en la industria librera. Estas directrices son las que vertebran la comunicación oficial.
La Comisión Europea va a proteger la preservación y difusión digitales de materiales culturales y académicos y de las obras huérfanas y la accesibilidad de los textos para personas con discapacidad.
Además, la Comisión luchará para garantizar los derechos de los europeos sobre su industria cultural. Un alto porcentaje de los libros digitalizados por Google han sido escritos por autores del Viejo Continente, aunque el buscador haya accedido a ellos en bibliotecas estadounidenses, por lo que obligará a la compañía a preocuparse por las normas comunitarias.

Obras huérfanas
El principal problema al que se enfrentan tanto Google como los legisladores son las llamadas obras huérfanas, ya que al no conocerse su autor o al no poder identificarse al mismo o a sus herederos no es posible saber a quien hay que abonar los derechos de autor.
La Comisión Europea ha decidido estudiar más a fondo este problema mediante “una evaluación de impacto”, ya que los acuerdos firmados hasta ahora por Google dejan a estos autores en una situación de desemparo (situación, por otra parte, que es la que ha creado la mayor polémica sobre la aplicación del buscador y su respeto por los derechos de los autores y de la libre competencia).
Los volúmenes huérfanos suponen el 40% de los fondos de las bibliotecas europeas.