En el mundo de la ciberseguridad, solemos hablar en términos que pueden sonar distantes o complejos para muchas pequeñas y medianas empresas (PYMEs). Las amenazas cibernéticas son reales y cada vez más frecuentes, pero, para muchas de estas empresas, el acceso a soluciones de ciberseguridad eficaces puede parecer inalcanzable. No solo se trata de los recursos económicos que requieren estas soluciones, sino también del lenguaje técnico y especializado que utilizamos para describirlas.
Durante mi trayectoria profesional, he visto de primera mano cómo la ciberseguridad, en lugar de facilitar la protección, a menudo se percibe como una barrera. Las PYMEs no es que no quieran protegerse, sino que el sector tiende a complicar tanto los términos, las tecnologías y los servicios, que se vuelven inaccesibles para aquellos que no son expertos en la materia o que no tienen el tiempo para ponerse al día.
La ciberseguridad no tiene que ser complicada. Desde que fundamos Flameera, mis socios y yo nos esforzamos por hacerla accesible, cercana y comprensible para las empresas que quieren centrarse en su crecimiento, sin sacrificar la protección de sus activos.
Una de las mayores barreras que enfrentan las PYMEs al intentar mejorar su ciberseguridad es el lenguaje técnico que utilizamos en la industria. Como profesionales del sector, es fácil caer en la tentación de utilizar términos como Threat Hunting, Red Teaming o Zero Trust, olvidando que, para muchos, estos conceptos generan más confusión que soluciones.
Pero los profesionales de la ciberseguridad tenemos que entender que nuestra misión es hablar el idioma de nuestros clientes, explicando los riesgos y las soluciones sin recurrir a complicaciones innecesarias. Creemos firmemente que el lenguaje claro y directo es clave para que más PYMEs adopten medidas de seguridad cibernética efectivas. No es cuestión de esconder complejidad, sino de hacerla comprensible y manejable.
Otro desafío común para las PYMEs es la dispersión de servicios. A menudo, se ven obligadas a recurrir a múltiples proveedores para cubrir diferentes aspectos de su seguridad, lo que no solo complica la gestión, sino que también eleva los costes. En mi opinión, la solución pasa por ofrecer servicios gestionados e integrados que faciliten el acceso a soluciones completas y claras, adaptadas a sus necesidades.
Uno de los puntos más importantes para las PYMEs es que sus empleados estén formados en ciberseguridad y concienciados con su importancia. Si tenemos en cuenta la reducción de gastos que este tipo de empresas fomenta en todos sus flancos, es la mejor manera de prevenir los ataques que seguro llegarán. Por lo que combinar la formación con pruebas periódicas e inesperadas a la plantilla se ha convertido en uno de los instrumentos más efectivos para las empresas pequeñas y sus resultados son palpables, aunque nadie está nunca cien por cien protegido.
A medida que las amenazas cibernéticas evolucionan, también lo hacen las regulaciones que buscan proteger a las empresas y a sus clientes. La entrada en vigor de normativas como DORA (Digital Operational Resilience Act) y NIS2 (Network and Information Systems Directive 2) es un claro ejemplo de cómo los gobiernos y las instituciones europeas están tomando medidas para fortalecer la ciberseguridad. Sin embargo, muchas PYMEs desconocen los requisitos que imponen estas nuevas normativas y cómo les afectan.
DORA, enfocada principalmente en mejorar la resiliencia operativa digital de las entidades financieras, requiere que las empresas adopten controles más estrictos sobre sus infraestructuras tecnológicas. Aunque está dirigida principalmente a las entidades financieras, algunas PYMEs que forman parte de su cadena de suministro también pueden verse afectadas indirectamente. Por otro lado, NIS2 amplía la cobertura de la directiva anterior, exigiendo a más sectores que adopten medidas de ciberseguridad más robustas.
Para muchas PYMEs, el cumplimiento de estas normativas representa un desafío considerable. A menudo carecen del personal y los recursos necesarios para adaptarse a estos marcos regulatorios. La sobre-complejidad que añaden estos requisitos puede convertirse en una barrera más para la adopción de buenas prácticas de ciberseguridad y, en algunos casos, el desconocimiento de estas obligaciones puede poner a las empresas en una situación de riesgo legal.
Estos cambios regulatorios pueden resultar abrumadores para las PYMEs, por eso nuestro enfoque es convertir la ciberseguridad en una ventaja competitiva, permitiendo que las PYMEs se concentren en su crecimiento sin preocuparse por la complejidad de los cambios regulatorios. Si las empresas entienden bien qué se les exige y cómo adaptarse sin complicaciones, estarán mejor preparadas para cumplir con DORA, NIS2 y otras normativas futuras.
Octubre es considerado por CISA como el Mes de la Concienciación en Ciberseguridad y quiero aprovechar para destacar la importancia de la formación continua. Como introducía más arriba, considero que el primer paso para que la ciberseguridad sea accesible a las PYMEs es educar a sus empleados. La formación continua no solo fortalece la primera línea de defensa, sino que también empodera a los empleados, convirtiéndolos en piezas clave en la protección de la empresa.
No se trata únicamente de implementar soluciones tecnológicas, sino de invertir en la formación de quienes las utilizan a diario. La ciberseguridad debe integrarse en la cultura de la empresa, y esto solo se consigue cuando cada empleado es consciente de los riesgos y sabe cómo actuar.
Las amenazas cibernéticas evolucionan constantemente y es nuestro deber como expertos del sector de la ciberseguridad trabajar en conjunto para mantener a las empresas protegidas sin añadir más complejidad. Tengo la creencia de que las PYMEs no tienen que convertirse en expertas en ciberseguridad para estar protegidas. Nuestro objetivo debe ser ayudarlas a adoptar soluciones efectivas que no interrumpan su actividad ni requieran un nivel de especialización inalcanzable.
Sabemos que las PYMEs son un pilar fundamental de la economía y que, en muchos casos, se sienten desprotegidas frente a los ciberataques. Queremos ser su aliado en esta lucha, ofreciendo soluciones claras, asequibles y adaptadas a sus necesidades. Creemos que la ciberseguridad debe ser un facilitador del crecimiento, no un obstáculo.
Es el momento de que el sector de la ciberseguridad dé un paso adelante para hacer sus servicios más accesibles a las PYMEs. Simplificar el lenguaje, integrar los servicios y ofrecer formación continua son los primeros pasos para lograr que más empresas estén protegidas de manera efectiva.
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