
Flavio Calzaretta, channel manager de Snom Iberia, analiza cómo la VoIP está dejando atrás la estandarización para convertirse en una herramienta adaptada a los retos específicos de sectores como hostelería, logística y call centers.
En un mercado caracterizado por la estandarización y la invisibilidad de las soluciones de comunicación, la telefonía VoIP está experimentando una transformación silenciosa, pero significativa. No se limita a ser una tecnología transversal fundamentada en la eficiencia y el ahorro de costes, sino que se perfila como un conjunto de soluciones adaptadas a sectores específicos con desafíos operativos concretos. Sectores como la hostelería, la logística o los call centers, ponen en evidencia que, en lo que respecta a las comunicaciones corporativas, una solución genérica ya no es suficiente.
Más allá de la eficiencia: la especialización como valor añadido
A lo largo de varios años, la VoIP ha estado ligada a conceptos como la convergencia, la interoperabilidad y los servicios en la nube. No obstante, en un escenario en el que casi cualquier organización tiene acceso a una solución de telefonía IP funcional, el verdadero valor diferencial se encuentra en la manera en que dicha solución se ajusta al entorno particular del usuario. La especialización, concebida como la habilidad para atender necesidades sectoriales específicas, se está estableciendo como una tendencia predominante.
En el sector de la hostelería, por ejemplo, los teléfonos en las habitaciones continúan siendo un elemento indispensable a partir de ciertas categorías, tal como sucede en Francia a partir de las tres estrellas. Sin embargo, son un elemento que, a menudo, se olvida durante las reformas. La decisión de optar por teléfonos IP inalámbricos basados en DECT o por terminales analógicos inalámbricos – personalizables y ajustados a la estética del hotel-, no solo cumple con una normativa, sino que puede tener un impacto directo en la experiencia del cliente. En un ámbito donde los pequeños detalles marcan la diferencia, incluso un elemento tan aparentemente trivial como el teléfono puede ser un indicador de calidad.
En el ámbito logístico, por ejemplo, las demandas son distintas. La exigencia de movilidad en almacenes, junto con la prioridad de asegurar comunicaciones internas estables y salvaguardar al personal en circunstancias de trabajo en solitario, demanda soluciones sólidas. En este contexto, los sistemas DECT de largo alcance, equipados con terminales robustos y funciones particulares como alertas de caída o botones de emergencia, ya no representan una opción avanzada, sino un estándar indispensable. La comunicación efectiva no es únicamente una cuestión operativa, sino también de seguridad en el trabajo.
Los call centers son otro ejemplo evidente en el que las peculiaridades del entorno demandan una aproximación específica. En un ámbito caracterizado por una elevada rotación de personal y la presión para mantener costes reducidos, la calidad del audio en las llamadas no es un lujo, sino una exigencia operativa.
Por tanto, es imperativo equipar estos centros con terminales IP que operen de manera eficiente en entornos de cliente ligero y que minimicen latencias o interrupciones para preservar la calidad del servicio. La experiencia del cliente está estrechamente ligada a dicha fiabilidad, y también la productividad y satisfacción del agente.
Mirando al futuro: soluciones invisibles, pero imprescindibles
La evolución en la VoIP no se centra tanto en el progreso técnico, sino en el cambio de mentalidad que implica. Ya no se trata de establecer una solución universal, sino de elaborar soluciones concretas a problemas reales. Esto supone comprender el contexto, hablar el idioma del cliente y adaptar la tecnología a su operativa específica.
En un periodo en el que la distinción en el mercado corporativo se basa cada vez más en la habilidad de personalización y comprensión del entorno, esta perspectiva sectorial se transforma en un auténtico valor competitivo.
Esta transformación de la telefonía IP hacia soluciones especializadas prevé un cambio de paradigma más extenso en el campo de las comunicaciones unificadas. La tecnología deja de ser el foco para convertirse en un instrumento más al servicio de la experiencia, la operatividad y la protección. En dicho contexto, la habilidad para escuchar al mercado y adaptarse al entorno será tan importante como la innovación técnica. En última instancia, la tecnología útil no es aquella que se percibe, sino aquella que opera de manera silenciosa, eficiente y adaptada a las necesidades del individuo.
La VoIP, al igual que otras tecnologías avanzadas, está aprendiendo que su valor reside no únicamente en lo que proporciona, sino en la manera en que lo ofrece. Y eso transforma todo.