Metodología práctica para optimizar el rendimiento empresarial y el riesgo ante la crisis

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¿Qué le diferencia de sus competidores? ¿Cómo puede mejorar el rendimiento durante una crisis para ejecutar la estrategia de forma más eficaz, y así sincronizarla y obtener mejores resultados? ¿Cómo puede lograr alinear la organización con la red de partners? Si cuenta con más información sobre su negocio, ¿podría conseguir que funcionara mejor?

François Cadillon, director de la división Overlay Sales de SAP Iberia, nos ofrece las respuestas a estas preguntas, incidiendo en que podrían variar de una compañía a otra, pero para los líderes, la respuesta a la última es un rotundo sí, y ello se reduce a la forma de gestionar el rendimiento.

Durante muchos años, la gestión del rendimiento (EPM) se limitó a financiar y contabilizar con el fin de rastrear el flujo de dinero en torno a una compañía. Sin embargo, actualmente se ha convertido en una forma de alinear estrategia y ejecución, y así monitorizar y optimizar el trabajo realizado en una organización. Decidirse por una estrategia clara y detallada es gestión del rendimiento, y esto ayuda a rastrear los recursos específicos asignados para ejecutar una iniciativa estratégica y entender, modelar y monitorizar los riesgos asociados a ese trabajo.

El campo de acción de la gestión del rendimiento

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La gestión del rendimiento trata de mejorar las operaciones de una organización y del conjunto de sus socios en el mundo. Tiene que ver con ir desde una visión conservadora y centrada en las finanzas del rendimiento a un modelo más modular con el que dar soporte más rápidamente a la detección de problemas y la resolución de los mismos en tiempo para poder adaptarse rápidamente a las condiciones del mercado. Se trata de centrarse en el usuario de negocio. Se trata de vincular la estrategia con la ejecución. Y se trata de un continuo ciclo de vida en el que se mide, monitoriza y optimiza la estrategia y el rendimiento en un sistema integrado y estructurado que permite alcanzar un grado de flexibilidad que de otra forma no sería posible.

No hace mucho tiempo, muchos de esos procesos no se consideraron relacionados. Ahora, cada una de esas actividades está apoyada por un conjunto de procesos, herramientas y tecnología, todo construido para acelerar el flujo de información. A diferencia de los sistemas ERP o CRM, a menudo utilizados por los empleados pero no consultado directamente por los ejecutivos, los mejores sistemas de gestión del rendimiento son parte de un proceso diario para llevar a una compañía al éxito desde la sala de juntas hasta el nivel más inferior.

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